La líder del grupo Vooruit, Melissa Depraetere, no escatima en críticas a Georges-Louis Bouchez, presidente de los liberales francófonos. Depraetere le da al gobierno de Vivaldi un siete sobre diez, “pero sin Bouchez, el siete hubiera sido un nueve”, suena. “Él crea amateurismo en el equipo. Es Bouchez quien está bloqueando muchas reformas, incluso hasta el punto de los imbéciles”, continúa tajante.
“Realmente nunca nos gustó Bouchez. También había otras opciones (En 2020, Vooruit ya no quería negociar con el MR sobre la formación de un gobierno federal por un tiempo, ed.). Según ella, se podría lograr más con el N-VA de De Wever que con el MR de Bouchez.
Wetstraat ha estado bajo el hechizo de un romance entre Vooruit y N-VA durante algún tiempo. Tanto Conner Rousseau como Bart De Wever no descartan una coalición entre ellos a nivel flamenco. Según Rousseau, “matemáticamente no hay otra opción ahora”. Depraetere también lo confirma. “N-VA ciertamente no es nuestro aliado natural. Pero si hace los cálculos, es posible que no pueda hacerlo junto a N-VA o Vlaams Belang. Y si sabe que ciertamente no gobernaremos con Vlaams Belang, entonces solo queda un partido. Esa es la realidad”.