Por Jan Scholz
Si quieres asomar la cabeza a través de la pared como Harry (38) y Meghan (41), también tienes que saber lo que quieres en la habitación de al lado. La pareja de duques en realidad lo quiere todo. Pero los dos royals de salida están lejos de ser conscientes del valor que puede costar TODO QUERER. Mientras tanto, incluso el valor propio de la pareja (im)popular está en el centro de atención.
“Creo que llegaron a Hollywood pensando que eran los número uno. Y en realidad no lo son”, dice Nick Ede (49), ex amigo y colega de actuación de Meghan.
Nick Ede afirma que fue amigo de la duquesa durante muchos años antes de que ella se uniera a la familia real. El presentador británico dice que le pidió a Meghan que fuera la anfitriona de la London Global Gift Gala en el ME Hotel en 2013, y de ahí surgió una hermosa amistad.
Mientras tanto, los amigos se habían perdido de vista. Ede dice que el contacto se perdió cuando el príncipe Harry entró en la vida de Meghan.
Pero va más allá: según el New York Post, dice que los miembros de la realeza en Hollywood no tienen el mismo prestigio que otras estrellas, como las Kardashian. A su juicio, ni Meghan ni Harry pensaron de antemano cómo se desarrollaría su vida en Estados Unidos.
“Creo que es bastante interesante conocerla ahora para ver cómo es para ella en Los Ángeles. Tengo muchos amigos que viven allí. Saben cuál es su reputación y cómo ha cambiado”.
Después de renunciar espectacularmente como miembros de la familia real, los Sussex se mudaron a los Estados Unidos. Desde entonces, se han creado proyectos de alto perfil como el controvertido documental de Netflix “Harry & Meghan” y la escandalosa biografía de Harry “Spare” en su nuevo hogar californiano de Montecito.
Pero según Ede, Hollywood no necesita abandonos reales. La metrópoli del cine vive de J.Lo (53), Sharon Stone (64) y Beyoncé (41), quienes desde su punto de vista son los auténticos reyes de la factoría de los sueños. Incluso los grandes políticos como los Obama y los Clinton son, en contraste con los duques de Sussex, los mejores perros y eso es exactamente lo que subestimaron.
“El príncipe Harry y Meghan Markle no estaban preparados para lo abajo que estarían en el ‘orden jerárquico’ de Hollywood”, dice el británico.