“Me hubiera gustado ver a un pequeño Kitir paseando, pero he cerrado ese capítulo”


Meryame Kitir tenía dos años cuando perdió a su madre, dieciocho cuando murió su padre. No fue hasta los cuarenta que pudo hablar de ello. “Me enseñaron a ser fuerte y a no mirar atrás. Sin embargo, eso era exactamente lo que necesitaba.” En una conversación excepcionalmente sincera, la ministra explica qué la hizo mirar hacia atrás hace dos años. Y por qué guardó su deseo de tener hijos por esa misma época.


Sabine Vermeiren

12-06-22, 06:30





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