McKinsey se conforma con otros 230 millones de dólares por su papel en la crisis de los opiáceos en EE.UU.


En agosto de 2018, familiares de víctimas de sobredosis de OxyContin se manifiestan en la entonces sede de la empresa farmacéutica Purdue Pharma en Stamford, Connecticut.Imagen AP

La agencia aconsejó a las empresas farmacéuticas que dejaran de comercializar analgésicos adictivos. Por lo tanto, se considera a McKinsey en parte responsable del destino de muchos estadounidenses que se han vuelto adictos a los opiáceos.

Una de las compañías farmacéuticas es la ahora en quiebra Purdue Pharma, fabricante del analgésico OxyContin. Se dice que McKinsey ayudó a Purdue Pharma y otras compañías farmacéuticas a diseñar planes de marketing para maximizar las ventas de opioides.

Por ejemplo, en 2002, McKinsey sugirió a la compañía farmacéutica Johnson & Johnson que su analgésico altamente adictivo se dirigiera específicamente a “pacientes con alto riesgo de abuso”, como los hombres menores de 40 años. Para Purdue, fabricante de OxyContin, la agencia sugirió que “los opiáceos reducen el estrés y hacen que los pacientes se sientan menos aislados”.

McKinsey ahora debe pagar 207 millones de dólares a los gobiernos locales y 23 millones de dólares a los distritos escolares. La consultora también llegó a acuerdos por casi 600 millones de dólares con varios estados americanos en 2021, debido a la misma crisis de opiáceos.

McKinsey no se admite culpable y afirma en un comunicado que todavía está convencido de haber actuado legalmente. La agencia añade que rompió vínculos con la industria farmacéutica en 2019.

La crisis de adicción en Estados Unidos comenzó en la década de 1990, cuando la empresa farmacéutica Purdue Pharma desarrolló el analgésico altamente adictivo OxyContin. Según cifras recientes de los CDC, su venta ha provocado 645.000 muertes.

Fentanilo

Estos 645 mil estadounidenses murieron por sobredosis de drogas legales o ilegales; El uso de drogas más pesadas, como la heroína y el fentanilo, se vio impulsado por la proliferación de analgésicos disponibles.

Las compañías farmacéuticas han sido muy vilipendiadas en los últimos años por su papel en la crisis de los opiáceos. Se presentaron no menos de tres mil demandas contra Purdue Pharma. Al principio, este fabricante pareció conformarse con miles de millones de dólares, pero luego la empresa se declaró en quiebra.

Sin embargo, todavía no hay un acuerdo definitivo. La Corte Suprema de Estados Unidos suspendió el acuerdo en agosto. Punto de discordia: la inmunidad prometida para la familia Sackler, propietaria de Purdue Pharma, a cambio del pago de mil millones de dólares.

Según el Departamento de Justicia, la protección de los Sackler en futuros juicios es contraria a las normas de quiebra estadounidenses, que no se aplican a las familias ricas. El año que viene se decidirá si el acuerdo puede durar. La familia Sackler siempre ha sostenido que “inesperadamente se convirtieron en parte de la crisis de opioides”.



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