Un año después de su muerte, su familia habló públicamente sobre la pérdida, la adicción y sus últimas palabras.
El 28 de octubre de 2023, Matthew Perry se ahogó en su jacuzzi en Los Ángeles después de una sobredosis de ketamina. El actor, mejor conocido por la serie de culto “Friends”, murió a la edad de 54 años. Ahora, un año después, su madre Suzanne Morrison, su padrastro Keith Morrison y sus hermanos Emily, Caitlin y Madeline Morrison dieron una entrevista detallada sobre él. La madre reveló sus últimas palabras y también habló de su vida interior.
Suzanne Morrison sobre su hijo: “Estaba muy solo”
Según el informe del forense, la muerte de Matthew Perry fue un accidente. Aún así, la madre le dijo al programa US Today: “Creo que era inevitable lo que le pasaría a continuación. Lo sintió, pero dijo: “Ya no tengo miedo”. Eso me preocupó”.
Fueron las últimas palabras del actor a su madre las que hicieron sospechar esto a Suzanne Morrison: “Poco antes de su muerte me mostró una de sus nuevas casas y me dijo: ‘Te quiero mucho y me alegro mucho de poder hacerlo’. Estaré contigo’”. Después de la muerte de su hijo, sintió que estas palabras eran una especie de “advertencia”. Describió que Perry estaba “muy solo en su alma”. El padrastro añadió a esta afirmación: “Era un tipo inseguro y muchas veces muy triste”.
La recaída de Matthew Perry
Sin embargo, a la familia le resulta difícil aceptar la muerte del actor. Perry sufrió durante mucho tiempo adicción a las drogas y al alcohol, algo que recientemente se dijo que había combatido con éxito. Perry también habló de su adicción en sus memorias y explicó que casi muere a la edad de 49 años por tomar demasiados analgésicos. Pero mis amigos y familiares no sabían nada acerca de una recaída. Su hermana Madeline Morrison cree ahora que el propio Matthew Perry tampoco se dio cuenta: “No creo que se diera cuenta de que había vuelto a recaer”.
En la entrevista, su madre describió lo estresantes que eran los problemas de adicción de Perry para la familia. Durante la conversación, entre lágrimas explicó su sentimiento de impotencia: “Había un problema que nunca pude resolver. No pude ayudarlo. Pero tienes que dejar de culparte porque eso te destroza”.
“Ningún dinero en el mundo puede curar a un adicto”, añadió el padrastro. Para evitar que otras personas corran la misma suerte, la familia fundó la “Fundación Matthew Perry de Canadá” para ayudar a otras personas que sufren de adicción: “Si esto no se detiene, perderemos millones de personas más”.