“Nos enfrentamos a la paradoja de una sociedad global cada vez más interconectada e interdependiente que atraviesa una fase en la que las sirenas del sectarismo nacionalista, étnico, si no arbitrariamente religioso, aparecen de nuevo, con recetas rancias. Las divisiones y las fracturas profundas se multiplican”. Lo afirmó el Presidente de la República, Sergio Mattarella, en la XVII edición de los Estados Generales de la Diplomacia que se desarrolla en la Farnesina. “Es natural preguntarse qué lugar tiene la diplomacia en este contexto, con respecto a actitudes y fuerzas -incluso de naturaleza no estatal- que apuntan a socavar el marco de normas y principios establecidos para asegurar interacciones estables y ordenadas entre los miembros de la Unión. comunidad internacional según normas reconocidas y válidas para todos. No es la primera vez en la historia que los Estados son cuestionados en su capacidad para perseguir y garantizar los intereses de los pueblos y, por tanto, de sus ciudadanos. Un tema que parece de renovada relevancia frente a los operadores internacionales liberados de toda patria, cuyo poder financiero supera hoy al de los Estados medianos y cuya gestión de los servicios esenciales roza a menudo una condición monopolística”. añadió Mattarella. “La Unión Europea y la Alianza Atlántica han marcado y siguen marcando profundamente el lugar de la República en la escena internacional – prosiguió Mattarella -. De la coherencia de estas elecciones surgió gran parte de la autoridad alcanzada por Italia con la reconstrucción moral y material del país tras la Liberación”.
“La estabilidad de una posición la encontramos en los principios definidos por la Constitución, en los artículos 10 y 11. Derecho de asilo para el extranjero a quien el ejército de las libertades democráticas impide la entrada a su país, el repudio a la guerra, la búsqueda de la paz y la justicia entre las naciones también a través de limitaciones a la soberanía, en igualdad de condiciones con otros estados. De ahí la integración de Europa, los Convenios internacionales, de ahí los Tribunales de Justicia que de ellos han surgido, para proteger la aplicación de las normas”, afirmó el Presidente de la República.
Derecho de asilo establecido por la Constitución
Hay “principios definidos por la Constitución, en los artículos 10 y 11”, y entre ellos el “derecho de asilo para el extranjero al que el ejército de las libertades democráticas impide entrar en su país”, quiso subrayar Mattarella, en la XVII Edición de los Estados Generales de la diplomacia en curso en la Farnesina.
El drama de los migrantes explotados por algunos Estados, transformado en una amenaza
“Las mismas tragedias migratorias son a veces objeto de una gestión instrumental por parte de algunos Estados, para transformarlas en una amenaza para sus vecinos, en clara violación de los convenios internacionales libremente firmados”, instó Mattarella.
Herramientas hostiles de manipulación de información.
“Uno de los aspectos más característicos de la realidad en que vivimos es sin duda el impacto creciente de las relaciones internacionales en nuestras vidas, en todos los niveles. La globalización y la digitalización han hecho que el mundo esté mucho más interconectado e interdependiente y sus distintas partes estén más cercanas. El conocimiento mutuo se ha beneficiado y, al mismo tiempo, la pretensión de algunos gobiernos de cerrar los flujos de información y las relaciones entre ciudadanos de varios países o de tener un impacto negativo sobre ellos a través de herramientas hostiles de manipulación de la información y de condicionamiento de la opinión”, subrayó el Presidente de la República.