Mattarella: no hay restricciones en nombre del deber gubernamental, no al absolutismo estatal


«Bobbio nos ayuda cuando advierte que no podemos recurrir a simplificaciones del sistema o a restricciones de derechos “en nombre del deber de gobernar”. Una democracia “mayoritaria” sería, por definición, una contradicción incurable, debido a la confusión entre los instrumentos de gobierno y la protección de la condición real de los derechos y las libertades.” Lo dijo el presidente Sergio Mattarella. El Jefe de Estado inauguró los trabajos de la 50ª Semana Social de los Católicos en Italia, prevista en Trieste del 3 al 7 de julio sobre el tema “En el corazón de la democracia”. Participando entre la historia y el futuro”.

«No al absolutismo de Estado, conciencia de los límites»

«Tosato – prosiguió Mattarella – cuestionó el supuesto de Rousseau, según el cual la voluntad general no podía encontrar límites de ningún tipo en las leyes, porque la voluntad popular podía cambiar cualquier norma o regla. Lo hizo con palabras muy claras: “Todos sabemos ahora que la supuesta voluntad general no es en realidad más que la voluntad de una mayoría y que la voluntad de una mayoría, que se considera que representa la voluntad de todo el pueblo, puede ser, ya que a menudo ha demostrado ser más injusto y más opresivo que la voluntad de un príncipe”. Un firme no, por tanto, al absolutismo estatal, a una autoridad sin límites, potencialmente prevaricante. La conciencia de los límites es un factor esencial de la leal e indispensable vitalidad democrática.”

«La democracia una bandera, no hay que mortificarse»

“Democracia. Palabra de uso común, también en su declinación como adjetivo. Está muy difundido – prosiguió el Jefe de Estado -. Sugiere un valor. Las dictaduras del siglo XX lo identificaron como un enemigo a vencer. Los hombres libres la convirtieron en bandera. Juntos, un logro y una esperanza que, a veces, intentamos, sin escrúpulos, mortificar colocando su nombre en apoyo de teorías partidistas”. «Alexis de Tocqueville afirmó que una democracia sin alma está destinada a implosionar, no por los aspectos formales por supuesto, sino por los valores que han desaparecido».

«El soplo de la libertad es el derecho a la oposición»

«Hablando en Turín, en la primera edición de la Bienal de la Democracia, en 2009, el Presidente de la República, Giorgio Napolitano, dirigió su mirada a la construcción de nuestra democracia republicana, con la adquisición de los principios que han colocado a nuestro país, desde entonces, en el surco del pensamiento liberal-democrático occidental. Después de la obsesiva “coacción” del régimen fascista – recordó Mattarella – sopla “el soplo de la libertad”, con la Constitución como marco y garantía de los derechos de los ciudadanos. El soplo de libertad ante todo como rechazo de cualquier obligación de conformismo social y político, como derecho de oposición.”

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«No es democracia sin protección de los derechos de libertad»

«Es la práctica de la democracia la que la hace viva, concreta, transparente, capaz de implicar – añadió el Presidente de la República -. ¿Cuáles son las razones para referirse al soplo de libertad cuando se habla de democracia? No es democracia sin la protección de los derechos fundamentales de libertad, que representan lo que da sentido al Estado de derecho y a la democracia misma.”



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