“Además de ser un legado del pasado, la cultura es ante todo presente y futuro, no un simple consumo de lo que casualmente está disponible: es un paso del testigo de una generación a otra”. Así lo afirmó el presidente de la República, Sergio Mattarella, durante la ceremonia de inauguración de Pesaro «Capital de la cultura italiana 2024». “La transmisión del testigo – prosiguió el Jefe de Estado – es una de las tareas más importantes que corresponden a una comunidad y a su civilización. Un gran momento de civilización, además de un deber. Crear cultura significa crear obras intelectuales. «El hecho de que sigamos soñando – escribió el antropólogo Roger Bastide – confirma que la creación aún está por completarse». Para Pesaro – concluyó Mattarella – hoy comienza un sueño de trabajo duro. Un sueño sustentado en el compromiso de lograr logros concretos”.
Pesaro, subrayó Mattarella en otro pasaje de su discurso, “ha asumido esta tarea, proponiendo como tema para su año como capital: ‘La naturaleza de la cultura’. La naturaleza, su equilibrio que debe restablecerse y la reconciliación con el medio ambiente, gravemente violado y explotado, son también objetivos urgentes de la civilización y de la paz. La destrucción de recursos no puede etiquetarse como desarrollo, sino que debe indicarse como regresión. La sostenibilidad es un nombre para la paz. La cultura es conocimiento. Pero también la conciencia. Se necesita inteligencia y coraje para abrir nuevos caminos. Este año Pesaro pretende hacer que el arte, la naturaleza y la tecnología interactúen.»
Refiriéndose a uno de los lemas del evento cultural confiado a la administración de Pesaro – «‘Artesanos de la imaginación» – el Jefe de Estado explicó que el desafío del evento será «combinar la fabricación, específicamente la artesanal, con la cultura inmaterial, con creatividad”. Muchos, añadió dirigiéndose a los administradores locales, “vendrán a Pesaro, de todas partes de Italia, de Europa y de otros lugares, para encontraros y conocer vuestro patrimonio histórico-artístico. Es consecuencia de esa circularidad de la cultura que no tolera restricciones ni fronteras, que exige respeto a las opciones de cada ciudadano, que rechaza la pretensión, ya sea de los poderes públicos o de las grandes corporaciones, de dirigir las sensibilidades hacia el monopolio de un pensamiento único. . Si la cultura es conocimiento, creatividad, emoción, pasión, sentimiento, bueno, es el requisito previo de nuestras libertades, incluida la de estar juntos».
Mattarella también advirtió a los presentes que «atravesamos un período difícil, dramático en muchos aspectos, en el que el hombre parece obstinadamente decidido a destruir lo que ha construido, a vilipendiar su propia dignidad». Nos preocupan las guerras que se libran en las fronteras de Europa. No sólo porque el viento de muerte, de destrucción, de odio recorre distancias incluso más rápidamente que las armas y afecta a nuestras vidas, a nuestras economías y, sobre todo, a nuestras conciencias. Nos preocupan porque Europa, renacida después de la guerra, ha inscrito la palabra paz en su identidad».