Unas 307 personas han sido ejecutadas desde el 1 de enero de 2023, una cifra un 75 por ciento superior a la de los primeros cinco meses de 2022. Solo en mayo, 142 personas fueron ejecutadas, cuatro al día en la República Islámica, según Iran Human Rights. Según el informe, el 59 por ciento de las ejecuciones, en su mayoría por ahorcamiento, se debieron a motivos relacionados con las drogas.
Irán es el país que lleva a cabo el mayor número de ejecuciones en el mundo cada año, después de China. Las organizaciones de derechos humanos denuncian los procedimientos a menudo opacos y el hecho de que las confesiones a menudo se obtienen mediante coacción, a veces mediante tortura.
“Si la comunidad internacional no responde con más vigor a la actual ola de ejecuciones, cientos de personas más serán víctimas de su máquina de matar en los próximos meses”, teme el presidente del IHR, Mahmood Amiry-Moghaddam.