Hasta 2,6 millones de holandeses no llevan a cabo sus asuntos bancarios de forma completamente independiente, según una investigación de De Nederlandsche Bank (DNB). A una gran proporción de estas personas les gustaría, pero por ciertas razones no pueden hacerlo.
El grupo que tiene dificultades para gestionar los asuntos bancarios de forma independiente es grande y muy diverso. Esto afecta a más de uno de cada seis adultos, muchos de los cuales son ancianos y tienen un bajo nivel educativo. Pero también para personas con baja capacidad digital o discapacidad física o psíquica leve. La mayoría recibe ayuda de su pareja.
Les resulta especialmente difícil abrir una cuenta bancaria, poner la aplicación de banca móvil en su teléfono o solicitar una nueva tarjeta de débito. La banca por Internet también es un desafío.
Las personas también tienen dificultades para operar dispositivos como cajeros automáticos, terminales de pago y teléfonos móviles. Además, no siempre entienden los textos e instrucciones que se les presentan, les cuesta recordar códigos y no siempre cumplen los plazos de actuación.
Las personas que dependen de otros para la banca a menudo sufren de vergüenza, estrés, frustración o un sentimiento de inferioridad. A algunos les resulta difícil confiar en los demás.
Los bancos ayudarán más a los clientes
ABN AMRO, ING, Rabobank y de Volksbank brindarán ayuda adicional a los clientes, anunció la Asociación Bancaria Holandesa (NVB). “Los servicios financieros deben ser accesibles para todos. Eso es de gran importancia para la sociedad inclusiva por la que luchamos juntos”, dice el presidente Medy van der Laan.
“Casi todo se puede arreglar a través de una aplicación o en línea. Esto tiene la ventaja de que muchas personas ahora tienen un acceso más fácil a los asuntos bancarios, por ejemplo, a través de texto hablado o el uso de una huella digital o reconocimiento facial. Sin embargo, también vemos que parte de la sociedad no viene bien”.