Martínez entre ídolos y pasiones: «¿Casillas? Mi leyenda. Si no hubiera sido futbolista…»


¿La evolución de mi rol? Tuve la suerte de jugar en clubes donde el papel del portero moderno era primordial: eso me hizo crecer mucho. ¿Soy intuitivo entre las publicaciones? Me definen así, no me gusta hacerlo: un portero debe ser reactivo y estar preparado. Mi primer entrenador de porteros que tuve en Barcelona me hizo aprender muchas cosas, me mejoró en dónde tenía que llegar para ser profesional. En Las Palmas a los 20 jugué en el primer equipo y parecía que era el nuevo Casillas de España: luego tuve una lesión que me mantuvo meses de baja, aprendí que siempre hay que seguir tu propio camino sin escuchar lo que pasa. Dicen desde fuera.

Fuera del fútbol me gusta estar con mi familia, salir a caminar y hacer compras: también me gusta la PlayStation, estoy cerca de mis amigos lejanos. Mi fuerza es el coraje, el defecto es que soy testarudo. La vida en el vestuario es muy importante: en el fútbol tienes compañeros que te pueden ayudar a crecer, esos son valores importantes para la vida también. Para mí la determinación es muy importante en el fútbol: el talento te puede llevar hasta ahí, pero para permanecer ahí hay que tener esa disciplina. He visto a muchos jugadores llegar a esa posición, pero sin tener la determinación de no perderla. En el fútbol, ​​si bajas la atención, te superan: en el fútbol la disciplina es muy importante».



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