A principios de junio, el Tribunal Supremo de la autoproclamada República Popular de Donetsk condenó a muerte a los británicos Aiden Aslin y Sean Pinner y al marroquí Brahim Saadoun. Fueron acusados de participar en combates como mercenarios, según Tass.
Después de la invasión rusa de Ucrania, los tres lucharon junto al ejército ucraniano. Moscú ha dicho en el pasado que siempre considera que los combatientes extranjeros son mercenarios y que, si son capturados, pueden esperar una larga sentencia de prisión en el mejor de los casos. De esta forma, Rusia siente que no está sujeta a las leyes internacionales que protegen a los prisioneros de guerra. Anteriormente, los separatistas prorrusos también amenazaron con imponer la pena de muerte a los extranjeros encarcelados.
Los dos británicos fueron capturados en la ciudad portuaria ucraniana de Mariupol a mediados de abril. Según informes no confirmados, vivían en Ucrania antes de la guerra y se casaron allí.
El abogado ucraniano de uno de los británicos dijo el jueves que apelarán. “Si se desestima la apelación, presentaremos una petición de clemencia. Una alternativa podría ser la cadena perpetua”, dijo el abogado.