Marroquíes del mundo, uníos: de Loreto a Montreal, los orígenes de la sorpresa mundial

Hasta 14 de los 26 jugadores de los que dispone Regragui nacieron fuera del país que representan. Pero sus corazones latían por Marruecos…

Alejandro Grandesso

África contra Europa, pero con roles invertidos. Esto también es Francia-Marruecos, dos selecciones que se entrelazan por origen y nacionalidad, contaminándose, para una semifinal mundial de todos modos. Si hay al menos una decena de franceses de África, hasta 14 marroquíes de los 26 de Doha han nacido lejos de su país, y casi todos ellos en Europa, incluida la italiana Cheddira, tal y como ha recordado esta mañana l’Equipe . O el holandés Ziyech, al que Marco Van Basten calificó de estúpido por haber renunciado a las Oranjes. En definitiva, será una carrera muy sentida desde todos los puntos de vista para muchos de ellos.

AQUÍ FRANCIA

De los internacionales de Regragui -el técnico, hijo de la región parisina que debutó como entrenador en Marruecos tras una carrera como lateral entre Francia y España-, dos nacieron en Francia. Sofian Boufal en París, aunque luego se crió con su madre marroquí en Angers después de entrenarse y volvió tras varias experiencias entre Lille, Southampton y Celta de Vigo.La primera llamada de Marruecos se remonta a la Copa de África 2017, pero tiró atrás, porque todavía tenía en mente a los Blues, pero siempre lo ignoraron. Pero fue el técnico francés Hervé Renard quien le hizo debutar con la camiseta de origen familiar, el 26 de marzo de 2016, ante Cabo Verde. El que también fue el segundo partido de Romain Saiss, el capitán nacido en Bourg-en-Peage, al oeste de Grenoble, ahora en el Besiktas, pero que también pasó por el Angers.

AQUÍ ITALIA

En Italia, en Loreto, nació y creció Walid Cheddira. Su padre, Aziz, llegó de Marruecos en 1984, pero el joven de 24 años nunca ha pasado por las canteras azules, ni siquiera por las marroquíes. Sin embargo, el delantero del Bari fue convocado por Regragui para el Mundial: «Un sueño, un honor, una alegría inmensa», comentó el italiano en las redes sociales, pero fue expulsado el sábado ante Portugal. Selim Amallah también es un poco italiano, pero nació en Hautrage, Bélgica, de madre de origen italiano. El técnico español de los Diables Rouges lo cortejó en 2019, pero el centrocampista prefirió responder a la convocatoria de Vahid Halihdzic: «Sin dudarlo», explicó el jugador de 26 años del Standard de Lieja.

AQUÍ BÉLGICA

Otros tres marroquíes nacieron en el “Plat Pays”. Ilias Chair, de Amberes, de padre de origen marroquí y madre de origen polaco. El centrocampista del Queen Park Rangers pasó por la Sub-20 de Marruecos y la selección olímpica antes de confirmarse en la plantilla principal hace año y medio. Camino opuesto tienen Bilal El-Khannouss y Anass Zaroury, nacidos respectivamente en Strombeek-Bever y Mechelen, que se incorporaron a la selección marroquí tras defender los colores belgas con las selecciones juveniles. El-Khannouss, un 2004 del Genk, desde la Sub 15, pero se convirtió en marroquí en 2021, apoyándose en la nacionalidad de sus abuelos. El charleroi de 22 años, belga desde la Sub 16 hasta la Sub 21, incluso en las eliminatorias de la Eurocopa 2023, se decantó al final por Marruecos: «Si pudiera -declaró en casa- elegiría a las dos selecciones». Sin embargo, se fue a Qatar gracias a la lesión del franco-marroquí Amine Harit, del Marsella.

AQUÍ PAÍSES BAJOS

Sin embargo, más controvertidas son las historias de los cuatro «holandeses» de Regragui. La estrella Hakim Ziyech incluso formó parte del equipo para la Copa del Mundo de 2014 en Brasil. Entonces, entre lesiones, cambios de entrenador y malentendidos, el extremo del Chelsea decidió elegir la camiseta de sus orígenes: «Siempre me he sentido marroquí», explicó en 2015. Y Van Basten definió la elección como «incomprensible», llamándolo públicamente un “Idiota”, recuerda el equipo. Pero su vida futbolística marroquí tampoco ha sido un río tranquilo. Se peleó con el entonces entrenador Halilhodzic y anunció su retiro de la selección a los 26 años, regresando luego con Regragui. Ni siquiera el tolosano Zakaria Bouckhlal tuvo dudas, nacido en Róterdam de madre marroquí y padre libio, que dijo no a la selección holandesa Sub 21, después de haber jugado en las otras canteras. Más vacilante se mostró Noussair Mazraoui, del Bayern de Múnich, de padres marroquíes, pero originario de Leyde. Antes de decantarse por Marruecos, el lateral conoció al entonces técnico Koeman.

AQUÍ CANADÁ

Líder del mediocampo, Sofyan Amrabat nació en Huizen a unos treinta kilómetros de Ámsterdam. Pero el jugador de la Fiorentina, que pasó a la Sub 15 holandesa, migró rápidamente a las selecciones marroquíes, pese a haber estado ya en las puertas de la Gran Holanda en 2017. Estaba convencido, recuerda siempre l’Equipe, por Hervé Renard, y la elección hizo alboroto en Holanda. Al contrario de lo que les ocurrió a los españoles Achraf Hakimi y Munir El Kajoui. El lateral del PSG, ex del Inter, nació en Madrid, pero se incorporó a la selección de Marruecos a los 16 años, con la Sub 20. Su debut con la selección absoluta ya fue en 2016. A sus 24 años, es principal líderes El Kajoui, ahora en Al-Wehda (Arabia Saudí), nacido en el enclave español de Melilla, nunca acabó en el radar de la Roja y debutó con Marruecos ya en 2014. Por último, pero no menos importante, está Yassine Bounou. El portero del Sevilla nació de padres marroquíes en Canadá, donde solo estuvo un par de años.



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