Marotta, el hombre que te lleva a las estrellas. El próximo sábado será protagonista en la Fiesta del Deporte

El CEO nerazzurri, uno de los entrenadores más exitosos del fútbol italiano en las últimas décadas, será invitado el 14 de octubre al evento organizado por la Gazzetta dello Sport

Davide Stoppini

Político, periodista, directivo, un poco embajador, un gran maniobrador. Y un imitador, sí, porque escucharlo reproducir la voz de Sandro Ciotti es pura alegría. Pero, sobre todo, Beppe Marotta es el brazo y la mente del Inter. Podrás escucharlo el sábado a las 14.30 horas en el Auditorio Santa Chiara de Trento. Marotta es el hombre que, en la historia reciente nerazzurri, ha marcado el límite entre un equipo que sueña y uno que… hace. Con Marotta al mando, el Inter empezó a ganar. Por eso fue llamado por el director general del Inter. En octubre de 2018, Steven Zhang obtuvo su número y lo llamó por teléfono. Al principio pensó que era una broma, luego pidió confirmación y se dio cuenta de que todo era verdad. Fue a Nanjing para hablar con su padre Jindong, el propietario nerazzurri. Y firmó.

Diplomacia

El Inter será el último club de Marotta como entrenador. Hay un papel político en su futuro: sueña con ser ministro de Deportes. Y hay que creerle, porque no son muchas las misiones que se le han escapado. Y hay pocos edificios importantes en los que no haya puesto un pie. Empezó a trabajar como director deportivo casi sin darse cuenta, el estadio Ossola de Varese fue al principio el teatro de los sueños, ¡pero qué Old Trafford! – luego el jardín de su primer trabajo. Salvó a Venecia inventando el golpe de Recoba, lideró a la Sampdoria en la Liga de Campeones y devolvió a la Juventus el dominio en Italia. Y luego el Inter, de hecho, quitándole el cetro a la Juve que decidió darse por vencida. Marotta es el hombre de nueve campeonatos: ocho en blanco y negro y uno en negro y azul. Él es el hombre que conduce a las estrellas. Porque la segunda (estrella) es el objetivo del Inter que curiosamente puede coincidir (o quizás no) con el personalísimo de Marotta, su décimo campeonato. Beppe sabe cómo hacerlo. Sabe estimular a quienes trabajan con él. Sabe cuándo atacar y cuándo retirarse. Se divierte menos en el mercado que al principio de su carrera, porque apenas se reconoce en la actual jungla de abogados o pseudoabogados. Le resulta difícil negar una sonrisa, una broma, un saludo a su interlocutor. Vive para el trabajo, son más trofeos ganados que días de vacaciones. No acepta caídas de tensión, ama la diplomacia. Y éxito, por supuesto. Por eso en Estambul un velo de tristeza cruzó su rostro: la Liga de Campeones es el objetivo que le falta. Pero él no se rindió.





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