Marco, Letisha e Iris son solo tres de los 60 adultos retratados por la fotógrafa y psicóloga Simone Padovani para su proyecto. Son personas heridas, que han crecido con el peso en el cuerpo y el alma de los abusos sufridos en la infancia. Estas son sus historias


Letisha e Iris son dos jóvenes noruegas unidas por un destino común que tiene un nombre: el abuso infantil. El primero fue abusado sexualmente por un tio, el otro por unos amigos en una fiesta. Se conocieron años después y, mirando a través de las heridas del alma, encontraron apoyo el uno en el otro a tal punto que se convirtieron en una familia.

Marco, 25 años de Portugal, tiene la cara deformada y los dientes astillados por los golpes del reloj que le arrojó el director del orfanato donde vivía hace unos 10 años. Después de haber creído durante mucho tiempo que era un marginado de la sociedad, gracias al apoyo de algunas asociaciones que conoció en el camino del renacimiento, logró recomponer las piezas de su vida que se desmoronaba, encontró un trabajo y, hoy, da su testimonio en los institutos para infundir esperanza en muchos niños y jóvenes que están en la misma situación que tú.

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Maltrato infantil, la importancia del compromiso social

para demostrar que el compromiso social es una herramienta válida para hacer las paces con el pasado y acercarse a los menores que sufren los mismos abusosen Italia, es sobre todo francesco zanardifundador de la asociación «Red El Abuso». Los abusos sufridos por un sacerdote, de 11 a 16 años, dejaron evidentes marcas físicas y psíquicas en su existencia.

Recién en la edad adulta logró sacar a la luz el malestar que le había hecho caer en la adicción a las drogas y, hoy, se define como un sobreviviente que, a través de su asociación, lucha contra la impunidad del maltrato infantil y ofrece herramientas para ayudar por quienes sufren estos traumas y son abandonados por las instituciones.

La exposición «Vergüenza – Historias europeas»

Estas son solo algunas de las 60 historias recopiladas por la fotógrafa, además de psicóloga comunitaria, simone padovani en la exposición «Vergüenza – Historias europeas «en exhibición hasta el 28 de julio en la sede de Emergencia en Veneciapara denunciar el delito de maltrato infantil.

El proyecto fotográfico es parte de la mayor «Iniciativa de Justicia” coordinado por Fundación Guido Fluri que, junto con una treintena de asociaciones europeas, ha puesto en marcha una moción dirigida al Consejo de Europa para pedir una revisión legislativa que proteja mejor a las víctimas.

«Fui contactada por esta fundación suiza por mi compromiso en el campo de la pederastia clerical. El objetivo es una campaña de recogida de firmas para pedir una enmienda a la ley italiana en materia de abusos y malos tratos, como ya se ha hecho con éxito en Suiza «dice Padovani que, combinando sus habilidades como psicólogo y fotógrafo, ha creado este proyecto fotográfico para sensibilizar a las personas sobre un tema que a menudo se pasa por alto y animarlas a participar activamente en la recogida de firmas.

Uno de cada cinco menores en Europa es víctima de abusos

Según datos difundidos por el Consejo de Europa, que patrocina el proyecto, 1 de cada 5 menores ha sido víctima de algún tipo de abuso o maltrato. Como reitera en voz alta el fotógrafo veneciano, «son cifras alarmantes, a las que con demasiada frecuencia damos la espalda. Por ello he decidido poner a disposición mi profesionalidad: Recorrí varios países europeos, donde, gracias al apoyo de asociaciones locales, conocí a quienes se han convertido en los protagonistas de mi exposición.«.

Francia, Kosovo, Alemania, Portugal, Dinamarca, son muchos los países donde Padovani se detuvo a captar, con el alma y el objetivo de su cámara, los rostros marcados de 60 adultos, víctimas en la infancia o adolescencia de abuso sexual y maltrato físico, trata de niños, adopciones forzadas.

La relación empática entre fotógrafo y víctima retratada

«El encuentro con cada uno de ellos comenzó con una especie de pacto empático, al que siguió una entrevista en video durante la cual, abrumados por una corriente de conciencia, contaron el abuso sufrido y las consecuencias a largo plazo. Sellar el video es un mensaje dirigido a uno mismo como niño y un llamado a la sociedad. Entonces le hice cerrar los ojos y en ese momento se produjo la magia de la toma”, explica el fotógrafo, centrándose en transversalidad de las miradas de los protagonistas que han aceptado mostrar su fragilidad para gritar la necesidad del cambio, sin pudor.

El descuido de ciudadanos e instituciones

El título de la exposición, Verguenzade hecho, es una provocación dirigida a ciudadanos e instituciones que, hasta el momento, no se han centrado en un problema tan urgente, aún considerado tabú. «Deberían sentirse avergonzados, pero en cambio, desafortunadamente, esas víctimas inocentes están asombradas y temen ser etiquetadas o tener repercusiones en el trabajo.»Dice el creador de la exposición que, en septiembre, hará escalas en España, Francia, Alemania y Rumanía.

simone padovani

La recogida de firmas para pedir una revisión legislativa

los recolección de firmas para solicitar una revisión legislativa que modifique la prescripción del delito, reconozca la condición de víctima garantizando apoyo psicológico, económico y jurídico.

“Espero que podamos estipular un protocolo con pautas para agilizar las denuncias, contactar con las estructuras competentes y, por tanto, garantizar la protección de las víctimas de abusos”, concluye Padovani que ya está planificando la etapa final de la exposición en Estrasburgo, en la sede del Consejo de Europa.

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