Llega una ofensiva destinada a contrarrestar los “fenómenos esquivos” implementados para hacerse con Naspi. Se amplía el número de beneficiarios del Asignación de Inclusión y Apoyo a la Capacitación para el Trabajo, quienes contarán con un mayor apoyo económico.
Éstas son dos de las novedades de las enmiendas al presupuesto de los ponentes. Con una formulación bastante “nebulosa”, se introduce un requisito adicional para obtener Naspi en relación con los eventos de desempleo ocurridos a partir del 1 de enero de 2025. En esencia, el trabajador despedido de la empresa B que en los 12 meses anteriores ha dimitido (o ha puesto fin consensualmente a su contrato de trabajo) relación laboral) de la empresa A y no ha acumulado 13 semanas de aportes, Naspi no es reconocido.
la proporción
El motivo, según los ponentes, es “evitar comportamientos evasivos por parte de empresarios y trabajadores”: se han detectado numerosos casos de despidos involuntarios tras recontrataciones de corta duración, “destinadas a obtener Naspi”. Lo anterior sin perjuicio de los supuestos de renuncia por justa causa, la terminación consentida de la relación laboral en el marco del procedimiento de conciliación previsto para los casos de despido por causas objetivas justificadas, y los casos de renuncia durante el período por el cual está prohibido el despido. sobre el Texto Refundido de la Ley de apoyo a la maternidad y paternidad.
En cuanto a la segunda innovación, se refiere a los dos instrumentos que han sustituido a la Renta de Ciudadanía: para acceder a la Asignación de Inclusión (Adi), el umbral ISEE pasa de los 9.360 anteriores a 10.146 euros. El valor de la renta familiar requerida también aumenta de 6.000 euros a 6.500 euros al año. Para las familias formadas por personas de al menos 67 años (o todos los miembros de la familia con discapacidad grave o no autosuficientes), el umbral de renta familiar aumenta de 7.560 euros a 8.190 euros al año. Crece el beneficio económico de la ADI, que consta de dos partidas: la integración de la renta familiar pasa de 6.000 a 6.500 euros al año. Si el hogar está formado por personas de al menos 67 años, la ayuda pasa de 7.560 a 8.190 euros. La segunda partida es un complemento a la renta de las familias alquiladas que pasa de un máximo de 3.360 euros a 3.640 euros anuales (para el hogar formado por personas de al menos 67 años pasa de 1.800 a 1.950 euros).
La audiencia se está ampliando para el apoyo a la formación.
También se amplía la gama de ayudas a la formación y al trabajo (SFL): el valor del ISEE pasa de 6.000 euros al año a 10.140 euros. La compensación por la participación en cursos de formación va de 350 a 500 euros, la duración puede ampliarse, respecto a los 12 meses originales, hasta 12 meses más sujeto a la actualización del contrato de servicio, si al final del primer año de uso. el beneficiario todavía está siguiendo un curso de formación.