El entrenador en la clínica de Vialli: “Estaba muy débil pero alternaba momentos de mucha lucidez con el descanso. La selección siempre estuvo en sus pensamientos: me preguntó cómo había ido el internado”
El último abrazo fue el 29 de diciembre. En Londres, como año y medio antes, el 11 de julio de 2021. Sin olor a césped de Wembley, pero con el inconfundible olor a clínica. Un silencio donde bastaba susurrar, hablar entre ellos. Pero al final Vialli y Mancini también lo habían hecho esa noche: había tan pocas cosas que decir al oído que bastaba con decirlo en voz baja.