El aeropuerto de Schiphol está muy concurrido los sábados por la mañana, con largas colas en los mostradores de facturación. Se han retrasado al menos quince o veinte vuelos y se han cancelado varios vuelos. Schiphol ya avisó el viernes que el aeropuerto estaría muy ocupado este fin de semana y pidió a las aerolíneas cancelar vuelos para aliviar la carga de trabajo entre el personal.
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