Mágico Leclerc en la Q3: cómo hizo la pole pese a la rebaba

En la tórrida Miami, Ferrari vuelve a soñar y hacer soñar a los aficionados. Gracias a un F1-75 equilibrado y rápido, pero también a la magia del monegasco en la Q3

Julio Caronia

08 mayo 2022 | 14:49 (editado el 08/05/2022 | 14:50)

“Fue mágico, Charles”, dice Mattia Binotto satisfecho por la radio. Unos segundos antes, sus dos pilotos colorearon de rojo la primera fila de la parrilla de salida del GP de F1 de Miami: tras dejar de lado la decepción de Imola, el Ferrari que había volado al otro lado del planeta volvió a correr rápido, soñar y hacer soñar a la afición. Gracias a un coche que se confirma como el más equilibrado de todos, probablemente con el que es más fácil encontrar un compromiso en la puesta a punto. Pero también gracias a la magia de un milimétrico Leclerc en la ejecución de su último intento en la Q3. Una vuelta de récord, aunque imperfecta, emocionante quizás también y sobre todo por ese espectacular segundo sector, capaz de dar al joven cavallino la pole position número 12 de su carrera, borrando la rebaba en la curva 1.

F1 MIAMI, EL DESBARBADO DE LECLERC

“No estaba todo bajo control – explicó el piloto de Ferrari tras la bandera a cuadros – al contrario, me perdí las tres primeras curvas. Ahí le perdí mucho el respeto a Sainz y a todos los demás, pero luego apreté y me salió bien”. En una inspección más cercana, el primer sector de Leclerc en la vuelta decisiva en la Q3 siguió siendo el mejor de toda la clasificación. Para entender el alcance de la falla, a falta de una referencia de Verstappen, que tuvo que abandonar tras haber realizado un contraviraje a gran velocidad, es necesario pues comparar el tiempo del monegasco con el de su compañero Sainz: 29.278 para el asturiano, 29.441 para el poleman, 163 milésimas más lento en el primer sector. Y, analizando el rodaje a bordoDe hecho, el pequeño pero dañino sobreviraje al entrar en la curva 1 es claro, lo que llevó a Charles a entrar en la siguiente curva a la izquierda ligeramente fuera de línea, demasiado cerca del bordillo y aún obligado a una corrección en el volante. Cuestión de centímetros. Que en una clasificación de Fórmula 1 suelen constituir la brecha entre celebraciones y arrepentimientos.

UN SUEÑO LECLERC

Quién sabe, tal vez sea precisamente por la imperfección en los primeros metros de la vuelta que Leclerc se deshizo de toda tensión y lanzó su corazón sobre el obstáculo. El resultado es un sector central, el más lento e insidioso, guiado con precisión quirúrgica que baila entre bordillos y paredes con gracia étoile. Y con la velocidad del rayo: el crono en 33.831 de la segunda parte será más de una décima más rápido que el mejor de Verstappen (33.955), casi dos veces mejor que el de Sainz (34.017), para anular con interés el hueco acumulado con el error del primero. curvas. Un incendio, que permitió al piloto de Ferrari hacerse con la primera, histórica, pole position en la tórrida Me amasa pesar de un tercer sector nada emocionante en el que perdió cerca de una décima de su mejor tiempo parcial en la Q2 (25.524 contra 25.419).

¿ALIADO CÁLIDO DE FERRARI?

Sin la obra maestra de Ferrari en la final, la quinta calificación de la temporada F1 2022 nos brinda una primera tendencia posible en la pelea con Red Bull. El F1-75 se confirma como el coche «más fácil» de llevar al límite, sobre todo en condiciones de pista muy calurosas -hasta ahora sólo ha ocurrido en Melbourne y Miami- que llevan a los monoplazas a deslizarse por el asfalto y complicar la vida a pilotos e ingenieros. Al igual que en Australia, también en Florida, Verstappen se quejó todo el fin de semana de problemas de fiabilidad y puesta a punto, probablemente empujados un poco más por la compleja gestión de la degradación térmica de los neumáticos. Por otro lado, el Cavallino parece tener un coche que a veces tiene problemas para calentar los neumáticos -como se ve en el clima helado de Imola- pero que, por eso, parece tener menos dificultades con las altas temperaturas y en la gestión del desgaste. la raza. Sin duda, un punto de partida alentador teniendo en cuenta el clima bochornoso del fin de semana al pie del Hard Rock Stadium.





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