Maduro amenaza a la oposición venezolana antes de elecciones cruciales


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Nicolás Maduro, el autoritario presidente de Venezuela que gobierna desde hace tiempo, lanzó una dura advertencia a la oposición antes de las elecciones del domingo, calificándolos de fascistas, cobardes y títeres de Estados Unidos y diciéndoles que no cuestionen lo que él afirmó sería su abrumadora victoria.

Las tensiones han aumentado drásticamente en las últimas semanas a medida que las encuestas de opinión pronostican que el principal candidato de la oposición, el diplomático retirado de 74 años Edmundo González, podría vencer a Maduro por un margen de 20 a 30 puntos porcentuales, un resultado que significaría el fin del gobierno socialista revolucionario respaldado por Cuba en Venezuela después de un cuarto de siglo en el poder.

En un apasionado discurso final de campaña que duró más de una hora y dirigido a una audiencia de decenas de miles de trabajadores que ondeaban banderas y fueron trasladados en autobús a Caracas, la capital, Maduro elogió su éxito en derrotar las sanciones estadounidenses a la economía, habló de su devoción a Jesucristo y al socialismo revolucionario y prometió no tolerar las acusaciones de la oposición de juego sucio.

“Ya están gritando fraude, no les vamos a permitir que sigan haciendo daño”, rugió Maduro a la multitud. “Se les acabó el tiempo. Si se saltan una luz roja, [by questioning the results]“Lo lamentarán durante 200 años. Será el último error que cometan en su vida política. Habrá mano dura y justicia para los violentos manifestantes fascistas y racistas”.

González dijo el jueves que la campaña había sido “sin duda la más desigual” en la historia de Venezuela. “Pueden hacer uso ilegal de los recursos del Estado, pueden tener el control del Consejo Nacional Electoral, del Tribunal Supremo de Justicia y de una Fiscalía que aplaude sus abusos, pero nosotros tenemos el cariño, el apoyo y el entusiasmo de la gran mayoría de los venezolanos que queremos un cambio pacífico”, dijo.

A María Corina Machado, la política más popular de la oposición, se le ha prohibido presentarse como candidata, lo que la ha obligado a nombrar a González como suplente. La policía ha arrestado a docenas de miembros de su equipo de campaña y ha detenido a los propietarios de restaurantes y hoteles que la atendieron durante sus viajes.

Maduro, que está en el poder desde la muerte de su mentor y predecesor Hugo Chávez en 2013, ha perdido popularidad tras presidir el colapso de la economía venezolana, la hiperinflación y la emigración masiva, problemas que él atribuye a las sanciones económicas de Estados Unidos. El ex chofer de autobús y dirigente sindical ha buscado la ayuda de Rusia, Cuba, Irán y China para mantenerse en el poder y ahora afirma que está dando un giro a la economía.

El gobierno y la oposición pintan las elecciones del domingo como un momento decisivo para el exportador de petróleo. “El domingo se decidirá el futuro de Venezuela para los próximos 50 años”, gritó Maduro desde un escenario con pantallas gigantes con su nombre y su imagen. “¿Paz o guerra? ¿Protestas opositoras o tranquilidad? ¿Extrema derecha o Chavistas¿Fascismo o democracia popular? ¿Capitalismo salvaje o socialismo cristiano?

Momentos antes de que Maduro subiera al escenario, multitudes de personas a lo largo de la Avenida Bolívar ondeaban banderas y cantaban la canción “¡Vamos, Nico!” que ha dominado la campaña del gobierno.

“El presidente es un hombre noble que trabaja para el pueblo, es nuestro protector”, dijo Antonio Rodríguez, de 24 años, que trabaja para un consejo local en Caracas. “Esta elección es una oportunidad para que construyamos nuestro propio futuro, para liberarnos de las sanciones que nos oprimen”.

Pero algunos de los asistentes a la manifestación dijeron al Financial Times que les habían pagado para venir y que no tenían intención de votar por Maduro.

Eduardo Meza, un taxista en motocicleta de Caracas, dijo que asistía a la manifestación “porque me están pagando 30 dólares”. Se inscribió con un organizador local, le dieron una camiseta roja con el logo del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela y dijo que recogería su pago en dólares estadounidenses en efectivo cuando regresara. Meza planea votar por la oposición el domingo. “Este gobierno no sirve para nada”, dijo.

Los políticos de la oposición y otros han cuestionado la independencia de la autoridad electoral controlada por el gobierno, responsable del recuento de los votos. El gobierno se ha negado a permitir que la Organización de los Estados Americanos envíe una misión de observación y ha cancelado una invitación a la Unión Europea para que supervise los comicios.



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