En vista de una situación de corona relajada, Luxemburgo quiere levantar la mayoría de sus medidas. El primer ministro, Xavier Bettel, dijo el viernes que las máscaras ya no serían obligatorias y que no habría más restricciones de acceso en restaurantes, comercios minoristas, en el trabajo o en deportes. Tampoco hay obligación de usar una cubierta para la boca y la nariz en la escuela. La relajación sirvió para recuperar la vida normal, dijo Bettel. “Luxemburgo sobrevivió bien a la ola de omicron”. La evolución de los números y las previsiones son positivas.
La normativa 3G solo se aplica en hospitales y residencias de ancianos y geriátricos, según la cual solo tienen acceso las personas vacunadas, recuperadas y testeadas. La mascarilla sigue siendo obligatoria allí, así como en el transporte público local. “Pero aun así recomendamos precaución”, dijo Bettel. Incluso sin el requisito de una máscara, todos son libres de usar una máscara. “Devolvemos libertades, pero también confiamos en la responsabilidad personal”. Porque la pandemia aún no ha terminado.
El texto de la ley debería ser discutido en el Parlamento la próxima semana. Después de eso, la flexibilización podría entrar en vigor. Aún no se ha fijado una fecha exacta, dijo el primer ministro tras la reunión del consejo de gobierno.
La incidencia de nuevas infecciones corona en Luxemburgo fue de 736 por cada 100 000 habitantes en la última semana (del 21 al 27 de febrero), mientras que en enero el valor fue de 2400. (dpa)