La forma no varía, pero el resto sí: por dentro Romelu con Acerbi y Asllani. Y el tiro de Gosens a la izquierda
No hay otra manera que cambiar de distancia. Que no es un juego de palabras, es la necesidad del Inter y de Simone Inzaghi. Ante la Roma, en diez jornadas, se verá otro equipo. Más que en Udine, más allá de la idea inicial, en los hombres y en la actitud táctica. Con un punto firme: el técnico no cambiará de forma. No es su intención, el 3-5-2 seguirá siendo un punto fijo. Es el resto lo que se revisará. Así que no es lógico seguir. Entonces, un poco por elección, un poco por necesidad, aquí están los ajustes en la agenda dentro del campo. Los de fuera, en cambio, serán objeto de un enfrentamiento entre el técnico y los directivos que tendrá lugar mañana en Appiano: ayer hablaron por teléfono Marotta e Inzaghi, hoy está prevista la reanudación en Appiano, mañana estarán pudo volver a lo que sucedió en Udine cuatro días después. La confianza de la sociedad resiste, pero ya no es ilimitada: dentro de la ruptura del mundo habrá que revertir el rumbo.