Los valores no sólo son útiles cuando son convenientes



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A partir de: 14 de noviembre de 2024 12:17 p.m.

Los comentarios de Joshua Kimmich sobre la responsabilidad política de los futbolistas, particularmente en el contexto de la Copa Mundial de la FIFA en Qatar y la probable Copa del Mundo en Arabia Saudita, revelan contradicciones notables.

Por un lado, destaca que los valores son importantes, especialmente como capitán de la selección alemana, y que los jugadores deben defender los principios. Por otra parte, se retira alegando que se trata de “no es nuestro trabajo”y señala que “Expertos” debería hacer declaraciones políticas.

Detención “arbitraria” de denunciantes del Mundial

Esta actitud es problemática dadas las dimensiones sociales y políticas (deportivas) de eventos deportivos tan importantes. El Mundial de Qatar 2022 tuvo lugar en un país que viola masivamente los derechos humanos: trabajadores invitados trabajaron en la infraestructura del Mundial en condiciones catastróficas, la homosexualidad está penada y no hay libertad de prensa ni libertad de expresión.

La Copa del MundoDenunciantes Abdullah Ibhais, que apoyó a los trabajadores en huelga de la Copa Mundial, permanece en prisión porque fue visto internamente como una afrenta a Hassan Al-Thawadi, el jefe del comité organizador. Desde entonces, las Naciones Unidas han descrito la detención de Ibhai como “arbitrariamente”.

El deporte y la política están estrechamente entrelazados

La controvertida concesión de la Copa del Mundo a Qatar y la probable Copa del Mundo de 2034 en Arabia Saudita dejan en claro que los intereses de la política deportiva a menudo se colocan por encima de principios como la justicia y los derechos humanos. En Arabia Saudita existe un régimen represivo que suprime la libertad de expresión, silencia las voces críticas, restringe los derechos de las mujeres y criminaliza la homosexualidad. La pena de muerte es un medio común para castigar a disidentes y presuntos delincuentes.

Para muchos, otorgar la Copa del Mundo a este país es otro ejemplo de cómo los estados autoritarios utilizan la interacción entre el deporte y la política y cómo las asociaciones deportivas como la FIFA están felices de brindar su apoyo. Y beneficiarse económicamente a cambio. No se puede negar que el deporte y la política están estrechamente relacionados.

El papel de un capitán va más allá del deporte

Si Kimmich por “valores no negociables” Sin duda, los derechos humanos deberían formar parte de ello. No basta con confiar en los expertos cuando los actores envían un fuerte mensaje político a través de su participación, consciente o inconscientemente. El papel de un capitán va más allá de lo puramente deportivo. Trae consigo la responsabilidad de reflexionar sobre la evolución social y, si es necesario, de adoptar una postura crítica.

El comunicado de que el torneo es en Qatar “pendiente” porque las infraestructuras y las condiciones de formación eran óptimas, parece casi cínico en vista de los agravios. Estas condiciones sólo fueron posibles mediante el despliegue de cientos de miles de trabajadores invitados en condiciones extremas y a menudo fatales.

La idea de que debes concentrarte en ti mismo “Sitios de construcción” enfoque y sin valores universales “imposición”Puede parecer modesto, pero ignora la plataforma global del fútbol, ​​que tiene influencia mucho más allá de las fronteras nacionales. Una actitud crítica sería menos “políticamente” sino más bien un signo de solidaridad y responsabilidad hacia las personas que siguen sufriendo como resultado de tales megaeventos.

No hay neutralidad en el papel de Kimmich

La próxima concesión del Mundial de 2034 a Arabia Saudita plantea una vez más al fútbol y a los aficionados un dilema entre el éxito deportivo y la responsabilidad social. La FIFA, que está oficialmente comprometida con la equidad y la inclusión, otorga el torneo de fútbol más prestigioso a un país que fundamentalmente ignora muchos de estos principios.

Para jugadores como Kimmich, que enfatizan que los valores no son negociables, este desarrollo debería dar que pensar. En el cargo que ocupa Joshua Kimmich como capitán de la selección nacional no hay neutralidad, sino siempre una decisión: o se utiliza el alcance y la plataforma para señalar agravios, o se corre el riesgo de legitimarlos dejándolos sin comentar. Los valores no sólo son útiles cuando resultan convenientes.



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