El 85% del opio producido en el mundo proviene de Afganistán que, de hecho, es un narcoestado. Muchos analistas llegan a decir que -después del pleno poder asumido por los talibanes- también es un narcoestado por derecho.
Según la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas, la cosecha de opio de Afganistán fue de 6.800 toneladas en 2021, un 8 % más que en 2020. Traducido en otras palabras, los opioides afganos abastecen a ocho consumidores de cada diez en todo el mundo, inundados con unas 320 toneladas de heroína pura traficadas. por el país que, hace aproximadamente un año, vio la retirada del ejército estadounidense y sus aliados occidentales.
Esto es lo que nos cuenta el noveno episodio de «NarCovid – Ríos de dinero para los capos de la droga en tiempos de pandemia», que comienza hoy disponible solo en Apple Podcast. Este episodio también está lleno de hechos, historias, reconstrucciones y rumores originales que, en este artículo, solo se insinúan.
El informe de la ONU estima que en 2021, la facturación de opioides afganos fue de entre 1.800 y 2.700 millones -solo 43 millones de dólares del mercado interno afgano-, pero se obtuvieron ganancias mucho mayores en las cadenas de suministro de drogas fuera del país. Al final de la cadena, el ábaco ciertamente gana nada menos que 40 mil millones de dólares.
La creciente incertidumbre política en Afganistán está elevando los precios del opio, que casi se duplicaron en solo tres meses, de mayo a agosto de 2021, cuando los talibanes regresaron al poder. El medio Der Spiegel, en enero de 2022, reveló que del 1 de septiembre de 2021 al 31 de diciembre de 2021, el tráfico de heroína aumentó un 70%, lo que demuestra el impacto negativo del regreso al poder del grupo fundamentalista en Afganistán.