En marzo, cinco personas de origen iraquí fueron encontradas en un contenedor frigorífico en Zeebrugge. Las víctimas, entre ellas niños de cuatro y siete años, estaban sentadas encima de la carga y tenían mucho frío. Aproximadamente un mes después, volvieron a salir a la luz casos sospechosos de tráfico de personas en Zeebrugge. Un niño de tres años y su familia iraquí viajaban en un coche nuevo procedente de la región de Tournai y transportado al Reino Unido.