En las islas holandesas de Bonaire, Saba y San Eustaquio, los residentes tienen dificultades para llegar a fin de mes, según una investigación del asesor presupuestario Nibud. Por eso el salario mínimo debe aumentar.
En Bonaire, San Eustaquio y Saba, aproximadamente 11.000 residentes se encuentran por debajo del umbral de pobreza. “Esto es mucho para una población de aproximadamente 30.000 habitantes”, afirma Glenn Thodé, presidente del Comité del Mínimo Social en los Países Bajos del Caribe. Tanto los trabajadores como los no trabajadores carecen de dinero todos los meses.
“La gran diferencia con la situación aquí es que en las islas BES no existe un mínimo social. Por lo tanto, los salarios y las prestaciones son estructuralmente demasiado bajos desde hace años”, afirmó Divosa ante la noticia. Divosa es la asociación holandesa de gestores municipales en el ámbito de la participación, el trabajo y los ingresos.
“Muchos residentes tienen varios trabajos porque de otro modo no podrían llegar a fin de mes. Las consecuencias sociales son de gran alcance: los niños apenas ven a sus padres porque pasan mucho tiempo fuera de casa”, continúa la respuesta.
También existe una grave falta de viviendas sociales, lo que significa que muchos tienen que alquilar en el mercado de alquiler privado. Eso no es normal, piensa Thodé. Ciertamente no en un país rico como los Países Bajos, del que estas islas forman parte desde hace trece años. “La situación no ha hecho más que empeorar en los últimos años. Eso tiene que cambiar y se puede hacer de otra manera”.
La Comisión concluye que, por tanto, es necesario aumentar significativamente la renta mínima en la parte caribeña de los Países Bajos. También es necesario reducir una serie de costes, como por ejemplo los de alquiler de propiedades privadas.
También debería haber más viviendas sociales. También deben introducirse prestaciones relacionadas con los ingresos, como la prestación por hijos a cargo y el subsidio de energía.
La vida es más cara debido a los impuestos de importación.
La Asociación de Municipios Holandeses (VNG) cree que el gobierno debería tomar medidas antes del verano de 2024 para abordar la peor pobreza. Según el grupo de interés municipal, no sólo es necesario aumentar los ingresos, sino también reducir los costes. Los alimentos, la atención sanitaria, la energía y el agua potable son costes importantes para muchos isleños.
“En islas pequeñas como Saba, todo se importa”, afirma Bruce Zagers, representante de Saba. “Los costes de la alimentación y de los negocios no se pueden comparar con los de los Países Bajos”. Los costes aumentan aún más, por ejemplo, con los impuestos de importación.
Gran problema para las islas, pequeño problema para el gobierno
El gabinete se ha comprometido a destinar 30 millones de euros el próximo año para mejorar el poder adquisitivo de los residentes de Bonaire, San Eustaquio y Saba. Si ese dinero se utiliza específicamente donde se necesita, puede mejorar la situación en las islas.
“No debería complicarse más de lo que es”, afirma Thodé. En los Países Bajos caribeños todavía no existe un sistema normativo complejo como el que tenemos en la parte europea de los Países Bajos, lo que permite soluciones sencillas a los problemas actuales.
Según el comité, este no es un problema relativamente grande para el gobierno holandés. La población de las tres islas ni siquiera es del tamaño de una ciudad provincial holandesa promedio. “Pero para los habitantes de las islas es un problema muy grande que debe resolverse rápidamente”, afirmó el presidente.