Los residentes de París han votado masivamente en contra de los patinetes eléctricos de alquiler en la ciudad en casi un 90 por ciento. Se permitió votar a unos 1,6 millones de personas, pero la participación fue baja. Eso no hizo ninguna diferencia en el resultado: fue un referéndum vinculante.
Los scooters compartidos son una alternativa popular al coche, metro o bicicleta en la capital francesa. Hay unos quince mil en alquiler a través de aplicaciones. Los scooters pueden ser alquilados por niños a partir de los doce años.
Desde 2018, el ayuntamiento ha endurecido gradualmente las reglas para los patinetes. Esto se hizo, entre otras cosas, mediante la creación de zonas especiales de estacionamiento. También se limitó la velocidad máxima y el número de proveedores.
A pesar de las reglas más estrictas, los peatones continuaron quejándose de conducción temeraria, molestias y accidentes. Varias personas murieron y cientos resultaron heridas.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, está a favor de prohibir los patinetes eléctricos y ve el medio de transporte como una «fuente de tensión y preocupación».
La elección no afecta a los scooters eléctricos de propiedad privada. 700.000 de estos vehículos se vendieron en Francia el año pasado.