Los Redstones dejan a los inversores en apuros por sus fallos en Paramount


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A los accionistas de Paramount no les gustará el final de esta película. Aun así, puede que haya cierto alivio en que el programa finalmente haya terminado.

El domingo por la noche, el gigante de los medios de comunicación estadounidense finalmente concluyó su saga de fusiones, al anunciar una combinación con Skydance Media. El desenlace es, como era de esperar, un caos.

Los accionistas ordinarios reciben 15 dólares en efectivo por el 48 por ciento de sus participaciones junto con una participación en la nueva Paramount por el resto, o 4.300 millones de dólares en total. La pequeña porción de acciones con derecho a voto que posee el público recibe 23 dólares por acción. El vehículo de inversión de la legendaria familia Redstone, que posee solo una décima parte de la economía general de Paramount pero tres cuartas partes de las acciones con derecho a voto, obtiene el trato más atractivo: aproximadamente 38 dólares por acción o 2.400 millones de dólares en total. (La pequeña cadena de cines de los Redstone también será adquirida y sus ingresos netos son de 28 dólares por acción).

El acuerdo no requerirá que los accionistas ordinarios aprueben esta maniobra de poder de Redstone, ya que la familia simplemente ejercerá sus derechos de control para sellar el acuerdo. Una posible secuela de este triste espectáculo podría ser una demanda de los inversores: una cláusula clave del contrato aparentemente exige que Skydance asuma una parte de la posible responsabilidad futura de Redstone.

Mientras tanto, todas las miradas deberían estar centradas en el negocio de Skydance. Skydance, una ambiciosa productora cinematográfica respaldada por KKR y RedBird Capital, se está fusionando de forma inversa con Paramount por una valoración de 4.750 millones de dólares. Skydance está comprando por separado 1.500 millones de dólares de nuevas acciones de Paramount.

En total, entre su negocio cinematográfico, la adquisición de las diversas acciones existentes de Paramount y su inyección de efectivo, poseerá el 70 por ciento de la nueva Paramount. El valor empresarial de la nueva Paramount se estima en 28.000 millones de dólares. La forma en que se acumula esa valoración en papel se verá más clara cuando las acciones de la empresa empiecen a cotizar el lunes.

Durante más de tres décadas, la familia Redstone convirtió a Paramount en una potencia de los medios de comunicación globales, pero no logró seguir el ritmo de la revolución digital y del streaming de la última década. Debido a las peculiaridades de su estructura accionaria de dos clases, la peor parte de esa decepción recae sobre los accionistas públicos, que no pudieron conseguir el pago desproporcionado que negoció la familia. Es poco probable que un acuerdo judicial sirva para salvar gran parte del abismo.

Skydance, cuyo director ejecutivo es el hijo del magnate del software Larry Ellison, tendrá ahora el control total de los derechos de voto de Paramount. Al menos, después de invertir 8.500 millones de dólares en efectivo, el interés económico dominante de Skydance puede dejarla en una mejor posición con respecto a los accionistas públicos que el acuerdo de la familia Redstone. Tal vez esté más motivada para buscar un final feliz.

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