Los propietarios de nueve casas de vacaciones en la calle Zeegserweg de Schipborg no abandonarán la lucha para poder vivir en ellas. El municipio de Aa en Hunze cerró ayer la puerta de residencia permanente, pero no la cerró por completo.
Durante los meses de verano, el grupo de propietarios ideó cuatro soluciones para el mayor obstáculo, el ruido del tráfico en la N34, y se las presentó al concejal Richard Heling (VVD).
Dos de las soluciones tienen que ver con ralentizar el sonido. En opinión de los propietarios, esto se puede conseguir construyendo un muro de tierra o instalando barreras antirruido.
Las otras soluciones pasan por transformar parcialmente el parque de vacaciones. El ruido no es un obstáculo para siete de las casas, que están bastante alejadas de la N34.
En ese caso, el municipio debería tolerar temporalmente la ocupación de las dos casas de vacaciones que están demasiado cerca de la carretera o no permitirlas por ahora.
Los vecinos se centran en la nueva Ley medioambiental, que entró en vigor el 1 de enero. Esa ley aplica normas de ruido más estrictas que las actuales en las carreteras provinciales. Estas normas no se aplican a las casas de vacaciones, pero sí a las viviendas.
La historia continúa debajo de la foto.