Ahora que el gobierno flamenco ha decidido cavar una nueva sección del canal para mejorar el canal Bossuit-Kortrijk, los residentes están preocupados por sus hogares. Algunos, como Annick Rubrecht, incluso temen que su hogar tenga que ceder.
“Acabábamos de ir al banco a pedir dinero prestado para cambiar completamente nuestra casa: ventanas, puertas, cocina nueva. Ojalá las cosas cambien y podamos seguir viviendo aquí. Eso es todo lo que pido, porque me duele mucho”, dice Annick.