Se sabía que algunas especies de peces crean campos eléctricos en el agua que los rodea. El pez elefante (Gnathonemus petersii, también llamado pez tapir) tiene receptores en su piel que le permiten comunicarse con otros de su especie y explorar su entorno, a menudo oscuro y nublado. El pez debe su nombre al extremo de su boca en forma de tronco, que no puede mover.
Los investigadores ya sospechaban que el pez elefante había desarrollado propiedades durante su evolución que le permitían detectar colectivamente objetos u otros organismos a mayores distancias mejor que un animal individual. Para investigar esto, los estadounidenses primero simularon los campos eléctricos y los impulsos de los peces en un modelo informático. Las investigaciones sobre los propios peces (los peces estaban equipados con pequeños receptores en un acuario) demostraron que sus “sistemas electrosensoriales” responden tanto a sus propias señales como a las de otros peces. También respondieron a señales simuladas en el laboratorio.
Rastreando enemigos
Ambos métodos demostraron que los peces elefante en un grupo (pequeño pero muy unido) eran hasta tres veces mejores capaces de detectar objetos que los peces solos. Su comportamiento observado también apuntaba en esa dirección. Los investigadores, que presentaron sus hallazgos. publicado el miércoles en la revista científica Naturalezapiensa que esta propiedad puede ser especialmente importante para detectar enemigos más rápido.
Martien van Oijen, antiguo conservador de la colección de peces del museo de historia natural Naturalis de Leiden, lo considera “un estudio muy interesante”. Según Van Ooijen, se sabía poco sobre las especies de peces que tenía en la colección de Naturalis. «Ya sabíamos que crean un campo eléctrico a su alrededor. Su entorno fangoso les impide utilizar sus ojos, que además son muy pequeños. Sus músculos desarrollan los impulsos de corriente, en su piel hay receptores que transmiten las señales al cerebro. Es casi imposible imaginar que también puedan verse de esta manera con los ojos del otro.’
No siempre es una ventaja
Sin embargo, Van Oijen todavía tiene dudas. «El pez elefante vive solitario y los grupos en los que se mueve son pequeños. Me pregunto si más campos eléctricos muy juntos no tendrán un efecto perturbador.’ Según Van Oijen, la cuestión también es si la propiedad recién descubierta es siempre una ventaja. ‘Para la detección oportuna de depredadores, sí. Pero a la hora de encontrar alimento, no es una ventaja que todos los peces coman la misma larva de mosquito al mismo tiempo.’
Los investigadores creen que sus nuevos conocimientos sobre los mecanismos cerebrales pueden ser útiles en la ciencia médica o para desarrollar tecnología de sensores artificiales para, por ejemplo, vehículos submarinos autónomos.