Por fin de nuevo en marcha, por fin algo de sol. Esto es lo que pensaron cinco amigos ciclistas de Gante el domingo durante un relajante paseo primaveral. Pero 100 kilómetros más adelante todo terminó horriblemente. Entre los trozos de bicicleta y junto a sus restos humeantes, un hombre de 45 años de Gante gritaba ante los cuerpos sin vida tendidos sobre el asfalto. Pero Joris (45) y Steven (45) no lo lograron. “No tuvieron ninguna posibilidad…”
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