Ninguna ‘píldora de oro’
Lars Endema (33) contrajo Covid prolongado cuando tenía casi treinta años. Trabaja por cuenta propia y desde entonces ha equilibrado entre el 30 y el 80 por ciento de sus antiguas capacidades. “Tiene un gran impacto en tu vida”, dice. “A veces me sentía tan mal que incluso el sonido del cajón de los cubiertos era demasiado fuerte”. Sus síntomas van desde mareos y fatiga hasta dolor en el pecho.
Lars se muestra muy positivo sobre la apertura de las clínicas, pero al mismo tiempo modera las expectativas. “Si algo está roto internamente en nuestro cuerpo, no me parece probable que se pueda arreglar simplemente. Entonces hay que aprender a lidiar con ello. Y ese resultado es tan aterrador como ningún resultado”.
Destaca la falta de claridad sobre la enfermedad, lo que considera muy importante. “Poco a poco dejas de participar en la vida. Desapareces, por así decirlo. A veces me he sentido muy aislado”.
A su alrededor, Lars ve a otros pacientes que buscan respuestas. “Todo el mundo está desesperado por una solución”. Está abierto a lo que los nuevos centros pueden ofrecer, pero es realista: “Es bueno que por fin haya dinero disponible para estas clínicas, pero todavía no es una ‘píldora de oro'”.
Expectativas de temperamento
También el de 58 años. Sandra van den Hoonaard de Heiloo no está inmediatamente a las puertas de la UMC de Amsterdam. Al igual que Lucille, ha tenido Covid durante mucho tiempo desde el primer brote de corona en 2020 y también ha probado muchos tratamientos y terapias. Está muy contenta con la llegada de los centros, pero duda que la clínica pueda ayudarla personalmente. “Creo que la fortaleza de esos centros es principalmente que pueden agrupar conocimientos”. Sin embargo, está feliz de participar en la investigación que se está realizando.
Alienta a otros a inscribirse, pero advierte que las expectativas deben seguir siendo realistas. “Espero que la gente no se sienta decepcionada si no recibe suficiente ayuda. Después de años de un largo Covid, yo mismo no he podido encontrar una respuesta clara.”
Alivio y esperanza
A pesar de la visión dudosa y a veces escéptica sobre las nuevas clínicas, hay una sensación de alivio y esperanza. “Es agradable que se tome en serio a la gente y que sepan que no está sólo en su cabeza”, afirma Sandra. La llegada de los centros puede brindar un nuevo tipo de esperanza para todos los pacientes con Covid prolongado.