Un hombre afable, sin ni un gramo de agresividad en su cuerpo. Así describieron sus familiares y amigos a Geert VW (55), de Zwijndrecht. Sin embargo, renunció el miércoles por la mañana, después de otro revés en el largo divorcio de su ex esposa Marijke (51). Le golpeó la cabeza en la puerta de entrada cuando ella se iba a trabajar. “Los niños perdieron a su mamá, pero también a su papá”, testifica el hermano de Geert.
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