Según el presidente Sebas Veenstra de la fundación InStrepitus, las medidas, como colocar rodapiés y rejillas de entrada alrededor del campo, son insuficientes. “Funciona al 70 por ciento, mientras que debería funcionar al 100 por ciento”, dice Veenstra. “Como resultado, el material de relleno sigue desapareciendo en el medio ambiente. Y son precisamente las sustancias nocivas de este material, como los gránulos de caucho, las que no deben liberarse en la naturaleza”.
Por lo tanto, muchos municipios de Drenthe optan por materiales de relleno alternativos, pero según el presidente, esa no siempre es la mejor opción. “Un material plástico como el TPE es tan dañino para el medio ambiente como el gránulo de caucho, porque estos microplásticos también acaban en el medio ambiente”. Según Veenstra, estos hallazgos sobre la TPE se basan en publicaciones científicas.
El presidente afirma que una alternativa como el corcho y el gránulo biodegradable en el campo de Erica y Emmerschans es una alternativa más segura. “Preferimos no ver campos de césped artificial y otros materiales de relleno que tengan el menor impacto ambiental”. Sin embargo, RIVM aún no ha realizado ninguna investigación sobre la seguridad de los materiales de relleno alternativos, como el corcho y el material plástico TPE.
Según Veenstra, los municipios eligen TPE por los consejos que se dan al respecto. Sin embargo, el material plástico no es la opción más barata. “El corcho es la opción más barata”, dice. Indica que es posible que pronto ya no se permita el TPE debido a las restricciones europeas. “En este caso, los municipios tendrán unos años para sustituirlo”, concluye el presidente.