Los hombres, todos vestidos de negro, con gorras oscuras y musculosos, se arrastran bajo la puerta enrollable del garaje. Está ligeramente abierto. En el almacén amenazan directamente con sus armas de fuego al personal presente.
Sobreviene el pánico. En medio de todo el alboroto, un empleado logra inmediatamente escapar. El resto son tirados al suelo y algunos son impactados con la culata del arma de fuego. Esto los deja con heridas leves. Se trata de una pandilla desorganizada y pronto las otras cuatro víctimas también logran escapar de sus atacantes.
Disparo en el brazo
Durante la huida, una de las víctimas que huye recibe un disparo en el brazo. Afortunadamente, milagrosamente está sólo levemente herido. Sin embargo, él y otras dos víctimas tuvieron que ser tratados en el hospital por sus heridas.
“Sin botín, los sospechosos huyeron en un Renault Captur blanco en dirección a Fokkerweg. Esa misma noche, el coche fue encontrado con matrículas falsas en Duivendrecht”, cuenta Spaargaren.
Señales
El primer perpetrador es un hombre de constitución ancha y tez clara. Tiene barba y vestía enteramente de negro con una gorra negra. Llevaba zapatillas grises.
El segundo autor también es corpulento y de tez oscura. Está vestido de negro y llevaba una gorra negra con un llamativo emblema.
El autor número tres también es un hombre musculoso, algo más fornido que los otros dos, es de tez morena, vestía ropa negra y gorra, también de color negro.