Hace unos meses, NH visitó Boekhandel Hoogstins en Kinkerstraat en Ámsterdam. En aquel momento, el librero Sjoerd Hoogstins aún no estaba convencido de que el aumento del IVA fuera a producirse realmente.. Hoy en día parece que se está tomando conciencia. ¿Qué es lo que más le preocupa? “No se trata de la tienda en sí, sino del panorama literario”. Teme que los temas más pequeños ya no reciban atención en la literatura.
Insatisfecho pero no desanimado
Existe un gran descontento entre los clientes de la librería de Ámsterdam por el futuro aumento del IVA. “Creo que leer libros es muy importante. Encarecerlo no me parece una buena opción”, dice Saskia van der Meulen, que elige un libro para su hija. “Súper vergüenza”, lo llama Luc van Veen. “Creo que la disponibilidad de libros es muy importante para todos”.
Los clientes de Boekhandel Plukker en Schagen tampoco están satisfechos con los planes fiscales del nuevo gabinete. Para Wilberd Timmers, el aumento del IVA sobre los libros fue una gran sorpresa: “No me lo esperaba en absoluto al abordar así el sector cultural”. Hasta ahora se siente muy decepcionado con los partidos gubernamentales.
Sin embargo, tanto los lectores de Ámsterdam como los de Schagen parecen estar dispuestos a pagar más en el futuro. “Creo que es tan importante leerlo que realmente no me importaría”, dice Saskia. Wilberd también sigue comprando libros nuevos: “Es muy bueno que una persona sienta empatía por la historia de otra persona”.
Los lectores buscan alternativas
Joke Bakx de Schagen mira los libros ilustrados. “Compro muchos libros para mis nietos, pero eso disminuirá un poco”, responde a la pregunta de si el aumento de precios influirá en su comportamiento de compra. Para seguir comprando libros, afirma que en el futuro acudirá con más frecuencia a mercadillos y tiendas de segunda mano.
El librero de Ámsterdam Hoogstins observa que cada vez más personas compran sus libros en línea. Especialmente los jóvenes piden cada vez más libros en inglés porque son más asequibles. “Simplemente no se puede competir con eso”, dice. El empresario teme que, por tanto, será menos probable que los lectores recurran a la literatura holandesa.