Lo que se pronosticaba antes del verano empieza a suceder a principios de otoño: cada vez más hospitales cierran camas por falta de personal. El AZ Alma en Eeklo ha eliminado una cuarta parte de las camas geriátricas y los hospitales en Maaseik, Aalst, Roeselare y Brujas también se ven obligados a arreglárselas con menos. “Los hospitales tendrán que tomar decisiones cada vez más”, teme Margot Cloet, la principal mujer del paraguas de atención de Zorgnet-Icuro.
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