"Los hijos de la viuda" es un logro exquisito y desgarrador


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Personajes desesperadosuna novela corta inmaculada sobre dos gentrificadores casados ​​que viven en Brooklyn a finales de los años 60, es la obra más famosa de Paula Fox, gracias en parte a la defensa de Jonathan Franzen. Lo releí recientemente y quedé asombrado nuevamente por su dominio silencioso y la sensación de temor nebuloso que evoca. A Neoyorquino retrospectiva sobre el autor me informó que Los hijos de la viuda, que salió en 1976, fue de hecho su obra maestra. Y por eso decidí comprobarlo.

Sin duda, es una clase magistral de compresión. Cinco personas se reúnen en una habitación de hotel para festejar a Laura Clapper, de soltera Maldonada, y su esposo, Desmond, que tiene una adicción al alcohol, antes de emprender una gira por el continente africano. Entre esos cinco está Clara Hansen, la hija de Laura, que anhela desesperadamente la aprobación de su madre, una aprobación que Laura retiene instintivamente. Aprendemos al principio de la novela que Clara es el resultado de un embarazo no deseado después de los cuatro abortos de Laura: «Ella, se dijo a sí misma, había robado su camino a la vida». También está el hermano de Laura, Carlos, un simpático hombre gay y el favorito descarado de su madre Alma, y ​​el viejo amigo de Laura, Peter, un editor que está harto de su tediosa vida. En el transcurso de una noche, vemos cómo se desvanecen las tensiones, durante las bebidas, la cena y, finalmente, en un conmovedor tercer acto cuando los niños adultos de Maldonada (también hay un hermano llamado Eugenio) lidian con una muerte en la familia.

Lo más notable de esta novela es la cantidad de perspectivas que Fox habita a la perfección: revoloteamos entre todos los personajes; vemos sus deseos y ambiciones fallidas, lo particularmente doloroso que es para los Maldonada la pérdida de riqueza y estatus (de ascendencia española, poseían una plantación en Cuba que perdieron durante la guerra hispanoamericana), y todos sus odiosos prejuicios (Laura es antisemita y racista, aunque hay indicios de que los Maldonada tienen ascendencia judía).

En la vida real, Fox también fue el resultado de un embarazo no planificado y pasó gran parte de su infancia moviéndose entre diferentes hogares. La cuestión de cuánto influye la biografía en la ficción es un punto discutible; obviamente, lo hace, pero eso no socava el acto de creación, y si esta novela es la consecuencia de que Fox resolvió su trauma infantil, entonces estamos mucho mejor por ello. Un logro exquisito y desgarrador. —Tomi Obaro



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