“Con la reforma queremos deshacernos de la imagen peyorativa del servicio comunitario”, afirma Robrecht Bothuyne, presidente del comité de trabajo del Parlamento flamenco y vicepresidente de CD&V. “De manera puramente simbólica, nos parece importante utilizar otro término menos cargado y que refleje nuestra filosofía: ‘trabajo comunitario’. Al mismo tiempo, queremos hacer que el sistema sea más eficiente. La intención es llegar a más demandantes de empleo con los mismos recursos”.
En 2021, CD&V también firmó el acuerdo flamenco sobre el servicio comunitario obligatorio. A partir de ahora, los desempleados se verían obligados a asumir una tarea social al cabo de dos años. Por ejemplo, servirían comidas en el comedor de una escuela o cortarían el césped en el departamento de jardinería. Por ello reciben una compensación de 1,3 euros por hora además de su prestación. Cualquiera que se niegue puede perder esos beneficios.
Jambon I comercializó el servicio comunitario como una medida activadora. Emanciparía a quienes buscan empleo a largo plazo. Pero en noviembre quedó claro que poco se había logrado con ese objetivo. Apenas cinco personas estaban haciendo servicio comunitario. Flandes cuenta con un total de 210.000 demandantes de empleo, de los cuales casi 62.000 llevan más de dos años sin trabajo. El gobierno ha ajustado ahora una serie de condiciones previas.
Compensación
Sin embargo, CD&V quiere ir más allá. Los democristianos abogan por una reforma en la que el servicio comunitario se fusione con el “trabajo comunitario”, otro sistema flamenco para permitir a los desempleados de larga duración adquirir experiencia laboral. Aunque CD&V no renuncia al principio de trabajo comunitario, sí se opone a su interpretación como una medida sancionadora del acoso escolar. Al parecer, el objetivo es fortalecer a los desempleados, no castigarlos.
El servicio comunitario está muy cobrado. Quienes lo proponen, como N-VA y Open Vld, sostienen que se debe hacer un esfuerzo a cambio de beneficios. Este sistema existe en los Países Bajos y el Reino Unido. sistema de trabajo – donde trabajas a cambio de bienestar – por un tiempo. Los holandeses literalmente llaman a esto el “quid pro quo”. Una encuesta de la Universidad de Gante en 2021 mostró que el 79 por ciento de los flamencos está a favor de este principio.
recogiendo papeles
Sin embargo, los especialistas siempre han advertido que el servicio comunitario frustraría su propósito. “El consenso científico es claro: no tiene ningún efecto activador”, afirma el economista laboral Stijn Baert (UGent). La especialista en pobreza Ive Marx (Universidad de Amberes) tampoco fue nunca su fanática. Según ellos, el éxito de un servicio comunitario depende de un marco sólido. Los desempleados también deben participar en la tarea que realizan. Baert: “Recoger trozos de papel sólo porque es necesario: eso no sirve de mucho”.
Anteriormente, el servicio comunitario obligatorio generaba tensiones entre los socios de la coalición flamenca. Cd&v frenó, pero cedió ante la presión de N-VA y Open Vld. Ahora CD&V quiere presentar sus planes en la próxima legislatura. “Hasta entonces, nuestro Ministro de Trabajo, Jo Brouns, hará todo lo posible para aplicar el sistema actual lo mejor posible”, afirma Bothuyne.