Los expertos afirman que los distintos tipos de amor «viven» en distintas partes del cerebro, y los dueños de mascotas tienen sorprendentes patrones de «activación»


Los PATRONES en tu cerebro podrían indicar si eres padre o dueño de una mascota.

Diferentes niveles de actividad cerebral corresponden a tipos de amor, y algunas áreas se “iluminan” más que otras.

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Los científicos trazaron un promedio estadístico de cómo los diferentes tipos de amor activan regiones del cerebro en un nuevo estudioCrédito: Pärttyli Rinne et al 2024, Universidad Aalto.

Investigadores de la Universidad Aalto en Finlandia utilizaron tecnología de imágenes avanzada para medir la actividad cerebral en un nuevo estudio.

Los resultados fueron publicados esta semana en el Corteza cerebral revista a través de Oxford University Press.

A los sujetos de prueba se les presentaron historias sobre seis tipos de amor: el amor paternal, el amor romántico, el amor por una mascota, el amor por un amigo, el amor por un extraño y el amor por la naturaleza.

A una muestra de 55 padres que se describieron como “en una relación amorosa” se les pidió que imaginaran varios escenarios.

“Ves a tu hijo recién nacido por primera vez”, decía uno.

“El bebé es tierno, sano y fuerte: la mayor maravilla de tu vida. Sientes amor por el pequeño”.

Los investigadores descubrieron que partes del cerebro se activaban con diferentes niveles de intensidad dependiendo del escenario.

“El patrón de activación del amor se genera en situaciones sociales en los ganglios basales, la línea media de la frente, el precúneo y la unión temporoparietal a los lados de la parte posterior de la cabeza”, explicó la autora principal Pärttyli Rinne.

El amor hacia los hijos generó la actividad más intensa, seguida de cerca por el amor romántico.

“En el amor paternal, hubo una activación profunda del sistema de recompensa del cerebro en el área del cuerpo estriado mientras se imaginaba el amor, y esto no se observó con ningún otro tipo de amor”, dijo Rinne.

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Los investigadores concluyeron que la actividad cerebral se ve afectada no sólo por la cercanía de la relación, sino también si es con un ser humano, con otra especie o con el mundo natural.

El amor compasivo hacia extraños desencadena menos activación cerebral que el amor en las relaciones íntimas.

El amor a la naturaleza activó el sistema de recompensa y las áreas visuales del cerebro, pero dejó intactas las áreas sociales del cerebro.

Sorprendentemente, el afecto en las relaciones entre personas era similar, con diferencias en el nivel de activación.

La activación en lo profundo del sistema de recompensa del cerebro era específica del amor parental.

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La activación en lo profundo del sistema de recompensa del cerebro era específica del amor parental.Crédito: Getty

Todos los tipos de amor interpersonal activan áreas del cerebro asociadas con la cognición social, a diferencia del amor por los animales o la naturaleza.

Sin embargo, hubo una excepción: ciertos patrones de activación eran un claro indicio para los dueños de mascotas.

“Al observar el amor por las mascotas y la actividad cerebral asociada a él, las áreas del cerebro asociadas con la sociabilidad revelan estadísticamente si la persona tiene o no una mascota”, dijo Rinne.

“En el caso de los propietarios de mascotas, estas áreas están más activas que en el caso de los que no tienen mascotas”.

También se pidió a los encuestados que imaginaran historias neutrales, tan aburridas como cepillarse los dientes.

Los investigadores descubrieron que los niveles de activación en las áreas del cerebro asociadas con la socialidad pueden indicar si alguien tiene una mascota.

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Los investigadores descubrieron que los niveles de activación en las áreas del cerebro asociadas con la socialidad pueden indicar si alguien tiene una mascota.Crédito: Getty

Esta “variable de control” sirvió como punto de referencia con el que se midieron otros resultados de pruebas.

Después de escuchar la interpretación de cada historia de amor por parte de un actor profesional, se pidió a los participantes que imaginaran cada emoción durante diez segundos.

Estudiar las emociones humanas no es una hazaña nueva para Rinne y su equipo, pero se espera que los últimos resultados tengan un impacto duradero.

“Ahora ofrecemos una imagen más completa de la actividad cerebral asociada con diferentes tipos de amor que las investigaciones anteriores”, explicó Rinne.

Los científicos esperan que su investigación contribuya al tratamiento de trastornos de salud mental como la depresión o los trastornos del apego.

Partes principales del cerebro

Cerebro: La parte más grande del cerebro, dividida en dos hemisferios (izquierdo y derecho). Controla funciones cerebrales superiores como el pensamiento, la memoria, el razonamiento y los movimientos voluntarios. Se divide a su vez en cuatro lóbulos:

  • Lóbulo frontal:Responsable de la toma de decisiones, resolución de problemas, control del movimiento y aspectos de la personalidad.
  • Lóbulo parietal:Procesa información sensorial como el tacto, la temperatura y el dolor.
  • Lóbulo occipital:Principalmente responsable del procesamiento visual.
  • Lóbulo temporal:Participa en el procesamiento de la información auditiva y la memoria.

Cerebelo: Ubicado debajo del cerebro, en la parte posterior del mismo. Es fundamental para la coordinación, el equilibrio y la motricidad fina.

Tronco encefálico: Conecta el cerebro con la médula espinal y controla las funciones vitales básicas, como la frecuencia cardíaca, la respiración y el sueño. Incluye:

  • Mesencéfalo:Interviene en la visión, la audición, el control motor y el estado de alerta.
  • Puente de Varolio:Transmite señales entre el cerebro y el cerebelo y ayuda a controlar la respiración.
  • Médula oblongada:Regula funciones vitales como la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la digestión.

Diencéfalo:Situado entre el cerebro y el tronco encefálico, incluye:

  • Tálamo:Actúa como una estación de relevo para las señales sensoriales y motoras a la corteza cerebral.
  • Hipotálamo:Regula la homeostasis, incluida la temperatura, el hambre, la sed y los ritmos circadianos.

Sistema límbico:A menudo denominado “cerebro emocional”, incluye estructuras como:

  • Amígdala:Interviene en el procesamiento de las emociones y la memoria.
  • Hipocampo:Esencial para la formación de nuevos recuerdos y la navegación espacial.
  • Giro cingulado:Desempeña un papel en la regulación de las emociones y el comportamiento.

Ganglios basales:Un grupo de núcleos que trabajan juntos para controlar los movimientos motores voluntarios y los comportamientos rutinarios.



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