Los propios alumnos elaboran el menú, cada uno con un plato de su país de origen. Y eso crea una sorprendente cantidad de sabores. Por ejemplo, hoy Naseri sirve ‘mantu’, un plato afgano de carne en masa, con ajo y cilantro. Leandro luego prepara junto a su hermana y su madre su plato favorito de El Salvador: pupusas, una especie de panqueques “con harina de maíz, frijoles molidos y queso”.
“Nuestros estudiantes vienen de muy lejos. Han vivido viajes terribles, cosas terribles. Pero trajeron consigo esos sabores y esos olores. Eso está en su identidad, en su ADN”, afirma la profesora Mieke.
Piet Goddaer, el cantante Ozark Henry, que también es el padrino del proyecto, también echa una mano: “Esa es nuestra juventud, ellos viven en el mismo mundo que nosotros, por lo que es nuestra juventud y nuestro futuro”.
El restaurante emergente parece ser popular. En una hora, tanto el turno de tarde como el de noche estaban completamente agotados. Y los platos en sí también son un éxito.