La idea de la carrera es que los estudiantes trabajen en equipo para construir un carro con piezas innovadoras que viaje contra el viento. Y quien sea más rápido gana el premio a la innovación.
“Tenemos una pista de 500 metros de largo con una salida y una meta, así que sabemos cuánto tardará el carro”, explica Verhoef. “Pero también medimos la velocidad del viento en tres lugares. Y esa relación entre el viento y la velocidad del viento determina realmente qué tan rápido va el carro contra el viento”.
Tres veces récord mundial
La velocidad del carro se expresa en metros por segundo, al igual que la velocidad del viento, afirma Verhoef. “Luego compartimos dos unidades y obtienes un porcentaje”. El récord mundial de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Ámsterdam comenzó ayer con un 114 por ciento. “Ahora Ámsterdam lo ha mejorado hasta el 115,39 por ciento”. Y hoy más tarde, el pueblo de Amsterdam logró otro récord del 117 por ciento.
Los equipos participantes de distintos colegios y universidades vinieron de todo el mundo para competir en Den Helder. “Tenemos un equipo de Canadá, Turquía, Dinamarca, Alemania, pero también participó la Universidad de Ciencias Aplicadas de Ámsterdam”.
“Eran equipos realmente fanáticos. Y si viste ayer, por ejemplo, cuando Amsterdam estableció el récord mundial, realmente se volvieron locos, estaban bailando aquí en el dique”, dijo Verhoef.