Los escándalos de las pruebas de Toyota eclipsan el ranking de ventas


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Toyota Motor encabeza el ranking mundial de fabricantes de automóviles. El año pasado vendió la mayor cantidad de turismos en el mundo, manteniendo su posición por delante de Volkswagen. Pero los inversores no deberían descartar los inminentes problemas de reputación de Toyota. Entre ellos se incluyen los daños a la marca por una serie de escándalos en las pruebas y el hecho de que se ha quedado atrás de sus rivales en la carrera de autos eléctricos.

Las ventas en Norteamérica y Europa fueron especialmente fuertes. Impulsaron las ventas globales del grupo, incluidas las filiales Daihatsu Motor y Hino Motors, un aumento del 7 por ciento a un récord de 11,2 millones de automóviles el año pasado, dijo la compañía el martes. La producción creció un 9 por ciento a 11,5 millones.

Pero de ese total sólo una pequeña fracción, unos 104.000 automóviles, eran coches eléctricos de batería. Si bien Toyota ha prometido impulsar las ventas de sus autos totalmente eléctricos en los próximos años, el ritmo de crecimiento aquí ha sido lento. Es comprensible una aparente falta de sentido de urgencia, dada su fortaleza en el mercado de híbridos.

Pero eso ya ha dado a los rivales chinos una gran ventaja en el mercado de exportación de vehículos eléctricos de rápido crecimiento. Estos productores han aprovechado las regulaciones de venta de vehículos eléctricos impuestas por los gobiernos en todo el mundo y la expansión de la demanda de estos vehículos con batería.

Las ventas mundiales de vehículos eléctricos aumentaron casi un tercio el año pasado. Mientras tanto, los rivales chinos, incluido BYD, también han comenzado a exportar modelos híbridos, reduciendo la participación de mercado de Toyota.

La mayor preocupación para Toyota es el daño a su reputación. El lunes, el fabricante de automóviles detuvo algunas líneas de producción y suspendió los envíos de 10 modelos. Esto se produjo tras una investigación interna que reveló que el proveedor Toyota Industries Corp había estado manipulando los resultados de las pruebas para obtener la certificación de sus automóviles. Durante las pruebas de certificación se encontraron irregularidades en las piezas del motor de los vehículos afectados.

Eso llega en un momento desafortunado. Otro escándalo del grupo Toyota todavía está fresco en la mente de los inversores. El mes pasado, se descubrió que su filial Daihatsu había distorsionado los resultados de las pruebas de seguridad de colisiones, que se remontan a 1989. En 2022, otra filial, Hino Motors, dijo que había falsificado sistemáticamente datos de emisiones, que se remontaban a 2003.

Las acciones de Toyota han subido un 56 por ciento el año pasado, reflejando fuertes ventas y el impulso que reciben sus ganancias en el extranjero debido al constante debilitamiento del yen. El fabricante de automóviles estima que cada depreciación del yen frente al dólar estadounidense aumenta los ingresos operativos en unos 45.000 millones de yenes.

A 10 veces las ganancias futuras, la acción cotiza a más del doble de la valoración de su rival Volkswagen, otro grupo que ha tenido problemas de reputación. Para mantener esa prima, Toyota necesitará al menos rehabilitar su maltrecha reputación.



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