En DV&O, el servicio judicial que transporta a los presos, existe una cultura del miedo, hay corrupción y los empleados sufren una gran carga de trabajo. Así lo dijeron a De Telegraaf los empleados de la organización, cuya sede se encuentra en Assen.
Estas cifras muestran que se llevaron a cabo 35 investigaciones de integridad entre principios de 2022 y mayo de 2024. Esto dio lugar a medidas disciplinarias y diez despidos.
Esto demuestra que algunos empleados eran culpables de delitos penales. En un caso, incluso parece que un empleado participó en un allanamiento de domicilio armado.
Uno de los incidentes más llamativos es el robo en un edificio de DV&O en julio de 2018. Del edificio de Zutphen fueron robados 23 armas de fuego, cartuchos de bala y latas de gas pimienta. Según De Telegraaf, todo indica que alguien del servicio avisó a los ladrones.
En una carta anónima enviada a los directivos el año pasado, los empleados dicen que son víctimas de abuso de poder, intimidación y una cultura de mentiras.
Además, según un empleado, la escasez de personal es un problema importante. Esto pondría el listón bajo para las solicitudes.
Un miembro de la junta directiva del sindicato de justicia Juvox, que prefiere permanecer en el anonimato, afirma en el periódico que la carga de trabajo, la alta rotación del personal y el descontento interno suponen un peligro para la seguridad. “Trabajamos con el grupo objetivo más peligroso en el ámbito de la seguridad. La falta de confianza y de experiencia es desastrosa”, afirma el miembro de la junta directiva.
La DV&O responde que no reconoce la imagen de que se está bajando el listón para los solicitantes. En cuanto a la carga de trabajo, el servicio dice que se realizó una investigación externa sobre la cultura y la carga de trabajo en 2022. Desde entonces, el servicio ha ido implementando mejoras en el lugar de trabajo.