Después de nueve años, el parque infantil cubierto Circus City en Tilburg cierra sus puertas. Los empleados, incluidas muchas personas alejadas del mercado laboral, pierden sus puestos de trabajo. La empresa ya no puede hacer frente a los mayores costos de electricidad. “Se han duplicado”, dice el gerente Mijke Smits-Birker. La empresa también quiere ser un empleador social, con salarios superiores a los exigidos por la ley. “Permanecer abierto rentable ya no es posible”.
Calentar la gran sala del parque empresarial cuesta mucho gas. Pero el equipo de juegos en el paraíso de juegos de 2500 metros cuadrados también consume mucha electricidad. Por ejemplo, un ventilador para el colchón de aire consume energía continuamente. “Y también se usa mucha energía en la cocina”.
“Ya hemos aumentado el precio de las entradas varias veces”
Aumentar las tarifas de los boletos no es solo una opción: “Ya hemos aumentado las tarifas de los boletos varias veces, tanto con corona como recientemente. Pero hay un límite a lo que la gente está dispuesta a pagar”, dice Smits-Birker sobre el cierre. Ella no quiere decir qué tan altos son exactamente los costos de electricidad.
La compañía todavía quiere terminar la actual temporada de invierno. “Este es el período en el que hacemos nuestro dinero. Y así podemos preparar mejor al personal para el cierre”.
Una semana después del carnaval, el 26 de febrero del próximo año, las puertas se cerrarán definitivamente. Las personas que tengan una tarjeta de viaje para múltiples visitas pueden solicitar un reembolso. El edificio está a la venta por más de 2 millones de euros.
En su sitio web, la compañía afirma: “Desafortunadamente, debido al clima económico actual, hemos tenido que decidir que no hay otra opción que salir de nuestro negocio”.
“No queremos recortar personal”
Hay varios otros parques infantiles cubiertos en Tilburg. “La mayoría de estos son de grandes cadenas. Pueden comprar energía, alimentos y equipos de juegos más baratos. También suelen pagar un salario mínimo y trabajan con menos personal”, explica Smits-Birker. “Somos un empleador social, trabajamos junto con ROC De Rooi Pannen. También hay una colaboración con el municipio para que las personas con una distancia al mercado laboral puedan trabajar aquí. No queremos recortar costos de personal o salarios. .”
Ella enfatiza que la empresa no está en quiebra. “Todavía podemos pagar las facturas. Hemos decidido dejar de hacer negocios nosotros mismos porque vemos que esto ya no es rentable en el futuro cercano. Al menos no de la manera ‘social’ en la que queremos hacer negocios”.