Los conservadores españoles obtienen una gran victoria sobre los gobernantes socialistas en las elecciones locales


El conservador Partido Popular de España infligió una contundente derrota al gobernante Partido Socialista en las elecciones locales y regionales del domingo, pero a pesar de sus grandes ganancias, el PP necesitará el apoyo del partido de extrema derecha Vox para gobernar en muchas áreas.

La votación en 12 regiones y más de 8.000 municipios fue una prueba crucial del estado de ánimo nacional y produjo resultados sombríos para el primer ministro Pedro Sánchez, lo que sugiere que enfrentará una ardua lucha para contener a los envalentonados conservadores en las elecciones generales previstas para diciembre.

El PP obtuvo el 31,5 % de los votos en las elecciones municipales, un aumento de nueve puntos porcentuales con respecto a las elecciones de 2019, mientras que el 28,1 % de los socialistas supuso una caída de un punto porcentual. Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, saludó la noche como el inicio de un “nuevo ciclo político”.

José Pablo Ferrándiz, director de la encuestadora Ipsos, dijo que las elecciones habían sido una “derrota absoluta” para los socialistas. “No se puede ocultar ni subestimar. Sánchez sale herido y Feijóo reforzado.

Pero el PP no consiguió las mayorías absolutas que quería en muchas legislaturas autonómicas y municipales, lo que supuso una nueva etapa para la derecha española que pasará por coaliciones o pactos de voto con Vox para formar muchos gobiernos.

Con Vox asegurando el 7,2 por ciento del voto municipal, los resultados también plantearon el espectro de una coalición nacional PP-Vox si la derecha prevalece en las elecciones generales. Eso lo convertiría en el primer partido de extrema derecha en el gobierno central desde el regreso de España a la democracia hace más de 40 años.

La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, reforzó su posición y obtuvo la mayoría absoluta © Chema Moya/EPA-EFE/Shutterstock

Pero el PP no necesitará un socio de coalición en la Comunidad de Madrid, donde la actual presidenta Isabel Díaz Ayuso reforzó su posición y obtuvo la mayoría absoluta. Ayuso, cuya marca de populismo libertario la ha convertido en una estrella política, con frecuencia eclipsa al líder de su partido, Feijóo, y es vista como una futura candidata a primera ministra. El alcalde del PP de Madrid también obtuvo la mayoría absoluta.

Mientras los partidarios del PP celebraban en la calle frente a la sede del partido en Madrid, el Partido Socialista lamentaba su aparente pérdida de poder frente a posibles alianzas PP-Vox en las regiones de Valencia, un referente electoral, y Aragón, Extremadura y las Islas Baleares. En La Rioja, que el PP arrebató a los socialistas, está puesta para poder gobernar en solitario. El PP formó su primera coalición regional con Vox en Castilla y León el año pasado.

A nivel municipal, el PP expulsó a alcaldes socialistas en localidades como Sevilla, Valladolid y la ciudad de Valencia, aunque necesitará de Vox para gobernar.

En Barcelona, ​​donde la política nacional no estaba en juego, la alcaldesa de izquierda Ada Colau fue derrotada por Xavier Trias, un nacionalista catalán favorable a las empresas y exalcalde, quien culpó al titular de la sensación de que la ciudad ha perdido el rumbo. Sin embargo, Trias necesitará los votos de otros partidos para alcanzar la mayoría en el consejo de la ciudad, lo que significa que es probable que comience un período de largas negociaciones.

En toda España, el PP había tratado de hacer las elecciones sobre Sánchez a pesar de que su nombre no estaba en la boleta electoral, presentándolo como sin escrúpulos y poco confiable y tratando de capitalizar el descontento por sus acuerdos políticos.

El presidente del Gobierno ha alienado a algunos españoles al confiar en los votos parlamentarios de los separatistas catalanes y del partido secesionista vasco, cuyos candidatos electorales incluían a 44 miembros condenados de ETA, el grupo terrorista disuelto, entre ellos siete declarados culpables de delitos violentos. Sánchez también resultó herido por una ley de consentimiento sexual fallida, impulsada por su socio de coalición, el partido de extrema izquierda Podemos, que resultó en la reducción de las sentencias de prisión de más de 1,000 delincuentes sexuales condenados. Podemos tuvo un mal desempeño el domingo.

El presidente del Gobierno y sus aliados criticaron al PP por realizar una campaña negativa y advirtieron que el partido conservador terminaría recortando el gasto en servicios públicos, al tiempo que señalaron que sus líderes nacionales hablaban poco sobre sus planes de gobierno.

Sánchez decidió que su mayor activo electoral era su gestión de la economía de España, que tiene los niveles de empleo más altos en 15 años y una inflación más baja que la mayoría del resto de la UE. Pero los salarios estancados y la prevalencia de trabajos de baja calidad jugaron en su contra.

Ferrándiz de Ipsos dijo que los socialistas también se habían visto afectados por episodios muy publicitados de presunto fraude electoral en pequeños municipios en los últimos días. “Entonces si la gente votaba en términos municipales o regionales, era malo para el PSOE y para Sánchez. Y si votaron a nivel nacional, fue malo para el PSOE y para Sánchez. . . Así que las cosas tendrán que cambiar si quiere llegar a final de año con posibilidades de victoria”.



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