La economía de Pakistán está en serios problemas. Este verano, el país llegó a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar el incumplimiento de su deuda. Pero el FMI sí exigió el fin de los subsidios de subsistencia popular. El gobierno también ha aumentado los precios del combustible y los impuestos para financiar el tesoro.
Los comerciantes dicen ahora que, como consecuencia de ello, ya no pueden ganarse la vida porque no hay suficiente dinero, por ejemplo, para comprar alimentos. Por ejemplo, se pueden ver pancartas en bazares abandonados quejándose de aumentos “irrazonables” en las facturas y los impuestos. Sin embargo, el gobierno paquistaní sostiene que no hay alternativa a los aumentos de precios.