Sin embargo, varios peatones y ciclistas cruzaron la vía cuando el semáforo se puso en verde. “Quédense quietos”, tuvo que gritar el oficial de la motocicleta. Uno de las decenas de ciclistas que seguían de pie pidió explicaciones: “Ahora dime qué está pasando”.
Poco después pasó por allí el presidente portugués, que se transporta en una limusina blindada que suele utilizarse para este tipo de visitas. Unos ocho policías en motocicleta acompañaban esa procesión.
‘Por favor, tenga paciencia’
Un coche policial sin distintivos, en el que se encuentra un agente encargado de escoltar la procesión, pidió precaución por altavoz. “Ciclistas y peatones, por favor permanezcan de pie. Por favor tengan paciencia”.
El presidente portugués estuvo anoche en el palacio de la plaza Dam para el banquete de estado. Esta mañana partió hacia los Estados Generales en La Haya. Por la tarde almorzará allí con el primer ministro Dick Schoof y la pareja real, entre otros. Esta noche regresa a la ciudad para una actuación musical en el Wereldmuseum (antes Tropenmuseum) en el Este.