Los alcaldes de Flandes Occidental no descartan el Ventilus subterráneo

El proyecto Ventilus, una nueva línea de alta tensión en Flandes Occidental que pretende llevar a tierra la energía eólica marina, ha estado protestando en varios municipios durante años. El gobierno del primer ministro Jan Jambon (N-VA) esperaba decidir el viernes si la línea de alto voltaje de West Flamenca se construirá sobre o bajo tierra. Pero pateó la lata un poco más.

El gobierno tomará una decisión final en septiembre. Primero, se realizan conversaciones con los alcaldes involucrados. El lubricante del gobierno: generosa compensación económica para los ciudadanos afectados. “La salud no se vende”, dice Carine Dewaele (CD&V), alcaldesa de Lendelede en Flandes Occidental, refiriéndose a las probables consecuencias de la radiación magnética de la línea de alta tensión. “Si el gobierno solo aporta dinero y espera que los alcaldes cedan, es un esfuerzo inútil”, dice Bart Dochy (CD&V), alcalde de Ledegem.

Piden que se investigue a fondo el impacto en la salud, aunque eso es lo que ha pretendido la ministra de Medio Ambiente, Zuhal Demir (N-VA), con un informe pericial. Eso indicó que el vínculo entre las líneas eléctricas aéreas y la leucemia infantil existe estadísticamente, pero no se ha probado causalmente. Los alcaldes no están convencidos. “El informe dice que no se ha probado que la aerolínea sea dañina, pero tampoco prueba que no sea dañina”, dice el alcalde de Wingens, Lieven Huys (CD&V).



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